Buñol, un destino muy completo en Valencia

El nombre de Buñol va siempre asociado al popular evento de La Tomatina, esa loca celebración que atrae a viajeros de todo el mundo y que tiene mucho tomate. Pero esta villa situada en el interior de la provincia de Valencia es mucho más que una multitudinaria batalla campal en verano.

Situada en la comarca de la Hoya de Buñol, al oeste de la provincia, esta población lleva varias décadas desarrollando una oferta turística basada en la cultura, en el Medio Ambiente y en su patrimonio histórico-monumental. El resultado es un conjunto de buenas propuestas que invitan a viajar en cualquier momento del año, y que nos permitirán conocer y disfrutar de la gastronomía, los paisajes, la historia y de otros muchos atractivos de esta localidad valenciana.

Qué ver y hacer en Buñol

El pueblo de Buñol ofrece a sus visitantes una interesante oferta monumental que está encabezada por su Castillo del siglo XIII. También incluye el Palacio Mercader, del siglo XIV, que actualmente alberga el Museo Arqueológico de Buñol y el punto de información turística; la Iglesia del Salvador, que acoge el Museo Etnológico; el Palacio Gótico, la Iglesia Parroquial de San Pedro Apóstol, la Ermita de San Luis Beltrán o el Molino Galán.

Del pueblo nos vamos a sus alrededores, donde se halla la Cueva del Turche, un peculiar conjunto geológico que incluye una cascada de 20 metros, y que sólo está a un kilómetro. Hay otros muchos lugares por los que hacer senderismo o rutas en bicicleta, transitando entre barrancos, riachuelos, pozas y fuentes.

Llegada la hora de comer, comprobaremos la excelencia de los embutidos locales, y podremos degustar ricos platos de arroz, como el arroz con bledas o acelgas, que suele llevar caracoles, o el arroz con costillas de cerdo. Bastante más consistente es la olla podrida, un plato elaborado con verduras y productos porcinos.

La Tomatina de Buñol

Es inevitable hablar de Buñol sin hacer referencia a La Tomatina, una fiesta que ha dado a conocer este pueblo en todo el mundo. Considerada Fiesta de Interés turístico Internacional, es uno de los eventos más divertidos y originales de cuantos tienen lugar en España.

Esta tradición invita a cuantos asisten a ella a arrojarse tomates unos a otros, y para ello cuentan con más de 150 toneladas de este rojo fruto. Desde hace unos años hay una nueva tradición incorporada, que consiste en que la noche anterior, conocida como "la de la empalma", se sale de fiesta hasta el amanecer, y se van recorriendo todos los chiringuitos instalados por el Ayuntamiento y los bares que permanecen abiertos. Otro acto tradicional es el “palo jabón", una cucaña engrasada que hay que subir para alcanzar un jamón.

Esta fiesta se remonta al año al año 1945, y está relacionada con un altercado que tuvo lugar en una plaza de la localidad, el cual terminó con una batalla de tomates. Los participantes en la riña decidieron repetir la experiencia al año siguiente, y al otro, y al otro… Así, esta pequeña gamberrada acabó convirtiéndose en una tradición que ha traspasado fronteras.