La Tomatina de Buñol, en Valencia

Entre las mucha fiestas veraniegas que se celebran a lo largo y ancho de la geografía española, hay una que destaca por resultar de lo más gamberra, original y divertida. Se trata de La Tomatina del pueblo valenciano de Buñol, que se celebra el último miércoles del mes agosto, coincidiendo con la semana de las fiestas patronales.

¿En qué consiste? Pues sencillamente en que los asistentes se arrojan tomates unos a otros. Pero, ojo, porque estamos hablando de más de 150 toneladas de tomates. A este singular evento se ha añadido, desde hace ya unos años, una nueva tradición. La noche anterior, llamada "la de la empalma", se sale de fiesta hasta el amanecer, y se va recorriendo todos los chiringuitos instalados por el Ayuntamiento y los bares que permanecen abiertos.

La Tomatina de Buñol

Al día siguiente, a las diez de la mañana, tiene lugar el primer acto de La Tomatina. Hablamos del "palo jabón", una cucaña engrasada que hay que subir para alcanzar un jamón. En el momento que alguien lo consigue se da la señal para que empieza la batalla de tomates.

Esto suele suceder en torno a las once de la mañana. Es el momento de que inicien su recorrido, por las calles San Luis y Cid hasta la Plaza del Pueblo, los seis camiones cargados de tomates. En total, son 22.000 las personas que esperan para liarse a tomatazos, ya que éste es el aforo máximo permitido desde el año 2013.

Los camiones avanzan a un ritmo muy lento, mientras varios vecinos de la villa, subidos a los volquetes de los vehículos, van lanzando y repartiendo tomates a la gente. En un momento dado, los camiones elevan sus volquetes dejando caer los miles de tomates y su jugo sobre las calles, lanzándose los asistentes sobre ellos. La Tomatina dura poco más de una hora, y finaliza con una segunda señal. Los tomates que se emplean proceden de la localidad de Xilxes, en Castellón. Se cultivan allí específicamente para estas fiestas, ya que su sabor no resulta adecuado para el consumo.

Historia de La Tomatina

Hay que remontarse al año 1945 para conocer el origen de La Tomatina. Era el último miércoles del mes de agosto, y unos jóvenes se encontraban en la Plaza del Pueblo viendo el desfile de los gigantes y cabezudos y la banda de música. Intentaron colarse en mitad del desfile, pero en su intento derribaron a una persona de la comitiva. Éste, enfadado, comenzó a golpear a todo el mundo. Tras descubrir un cercano puesto de verdura, la gente reaccionó comenzando a lanzarse tomates unos a otros. La policía local puso fin a esta vegetal batalla.

Los mismos jóvenes repitieron el altercado al año siguiente, pero esta vez de forma voluntaria y llevando tomates de su casa. Nuevamente tuvo que actuar la policía, pero esta pequeña gamberrada siguió realizándose año tras año, convirtiéndose en una tradición.

Aunque se prohibió durante la década de los 50, los habitantes de Buñol, en el interior de la provincia de Valencia, continuaron con La Tomatina, llegando a detenerse a algunas personas. La insistencia de los vecinos hizo que se levantase la prohibición y que esta fiesta se hiciera oficial y fuese ganando celebridad. El periodista Javier Basilio la encumbró a lo más alto al realizar un reportaje que fue emitido en 1983 en el programa Informe Semanal de Televisión Española. El éxito ha ido aumentando, siendo en 2002 declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional.

Consejos y reglas para La Tomatina

Para empezar, sólo podrán asistir a La Tomatina aquellas personas que hayan adquirido una entrada para este evento. Si eres uno de los afortunados, ten en cuenta todos estas normas:

• No entres botellas ni objetos duros.
• No rompas ni lances camisetas u otras prendas de ropa, ni las tuyas, ni las de los demás.
• Aplasta los tomates antes de lanzarlos.
• Mantén una distancia prudencial con los camiones.
• Deja de lanzar tomates cuando oigas el disparo de la segunda señal.
• Sigue siempre las indicaciones del personal de seguridad.
• No accedas a la zona con mochila, bolso, cámara o cualquier objeto que pueda ocasionar daños. Lleva contigo una fotocopia compulsada de tu documento de identificación (DNI, Pasaporte), dejando el original a buen recaudo.