A Guarda, maravilloso destino en Pontevedra

Xabier Tovar 22 Agosto, 2018

En el punto más meridional de la provincia de Pontevedra, rodeado de un maravilloso paisaje marítimo fluvial y de montaña, se encuentra un pequeño y típico pueblo marinero de Galicia: A GUARDA.

A Guarda, Pontevedra
Sandra Marquez Gomez

En la provincia de Pontevedra (Galicia), junto a la desembocadura del río Miño se alza el solemne monte de Santa Trega, que algunos señalan como el legendario Monte Medulio. Aquel en el que lucharon los últimos astures, cántabros y galaicos contra las fuerzas romanas.

Y es junto a estos lugares tan reseñables que se asentó esta villa gallega. Dedicada a la pesca y a aprovechar la fertilidad de las tierras junto al gran río.

Esta región ha estado poblada desde tiempos prehistóricos, encontrándose numerosos restos por toda la comarca.

Destaca, por supuesto, el gran castro que se sitúa en lo alto del Monte de Santa Trega, uno de los mayores de España y en gran estado de conservación.

Griegos y fenicios comerciaron con sus gentes. Con la llegada del poder romano, el castro será poco a poco abandonado y comenzarán a establecerse pequeñas poblaciones campesinas.

La fundación misma de la villa de A Guarda se pierde en estos tiempos. Pasando sus tierras de manos; desde el obispado de Tui a las del Conde de Sotomayor. Así como estuvo bajo dominio de normandos que llegaron a Galicia por aquellos tiempos.

Historia, tradición y bellos parajes, en esta antigua frontera del mundo conocido.

Vistas A guarda, Pontevedra
apvigo blog

Aproximándonos

A Guarda se encuentra en la esquina suroeste gallega y podemos alcanzarla o bien siguiendo la costa, o bien desde el interior.

Tomando la ruta costera, podremos disfrutar de las soberbias vistas del Atlántico, primero las suaves playas desde Vigo a Baiona, para luego las accidentadas costas contra las que rompe el mar ante pueblos como Oia, con su magnífico monasterio medieval.

Si llegamos desde el interior, el Miño discurrirá marcando la frontera entre España y Portugal, que nos observa más allá. Podremos contemplar el Parque Natural del Monte Aloia, junto a Tui, y los pequeños pueblos ribereños y de monte.

Destacando O Rosal, donde hay una larga tradición vinícola, que forma parte de la denominación de origen Rías Baixas.

Nos recibe así A Guarda y las poblaciones aledañas, que conforman una vecindad común, bajo la atenta mirada del mágico Monte de Santa Trega.

Vino A Guarda, Rias Baixas
Sandra marquez gomez

Atractivos de A Guarda

Una de las primeras cosas que llamarán tu atención son las casas indianas. Bellas mansiones que levantaron aquellos que volvieron de las américas con fortuna.

Esta localidad posee uno de los conjuntos arquitectónicos de este estilo más importante de Galicia.

Por otro lado, A Guarda mantiene ese aire antiguo, de villa marinera abocada a su puerto.

Sus fiestas son famosas en Galicia. La Fiesta de la Langosta, la del Pez Espada o la más concurrida de todas, las Fiestas del Monte.

Para muchos guardeses, las Fiestas del Monte son su día 1 del año. Cientos de personas se congregan en torno a las bandas de tamborileros, que forman equipos tradicionales y tocan ritmos propios de cada uno de ellos.

A lo largo de los días la música, la comida y especialmente el vino, marcan la festividad. Que alcanza el punto álgido con el ascenso al monte de Santa Trega. Allí se reúnen las distintas bandas de tamborileros y sus distintos ritmos, conformando una extraña música conjunta de carácter casi tribal.

Por supuesto, que esta no sea la única vez que subas al monte. Porque en él se encuentra el famoso castro y un museo dedicado a la lejana historia de la región; tanto las épocas prehistóricas y de la edad del bronce, como la romana.

También en lo alto se haya una pequeña ermita del siglo XII dedicada a la milagrosa santa que salvó de una terrible sequía a la comarca. Fue precisamente por dicha ermita y santa que comenzaron las festividades del Monte y, construyendo una carretera para alcanzarla, que se descubrió el castro.

Y sin olvidar mencionar las vistas desde semejante promontorio, que domina por completo la desembocadura del río Miño. El ascenso merece la pena por bastantes motivos.

Las playas, tanto fluviales como marítimas, también se ofrecen al visitante. Agradando con sus aguas frescas en los días cálidos del año.

Aquellos que disfrutan del piragüismo suelen realizar rutas por el río. Junto al que se encuentran observatorios de aves conformando una ruta ornitológica que explora el estuario del Miño. Un espacio natural considerado de gran importancia internacional, en el que confluyen los ecosistemas fluviales y marítimos.

Si aún tienes tiempo, pasea por el Castillo de Santa Cruz, fortaleza del siglo XVII, edificada durante el conflicto conocido como la Guerra de Restauración Portuguesa. O visita el Museo del Mar, que se encuentra en la reconstrucción de una atalaya del mismo siglo, levantada durante el dominio portugués de la villa.

A Guarda, Pontevedra
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¿Por qué visitar A Guarda?

Especialmente durante alguna de sus fiestas, A Guarda es un lugar que agrada visitar.

Por su tranquilidad y por la belleza de su entorno, que combina el verdor gallego, la desembocadura de su río más importante y ese monte que lo corona.

Sea por su gastronomía, por la alegría de sus festividades o por lo apacible del lugar; A Guarda se presenta como un destino turístico humilde, pero más que recomendable.

Playa A Guarda, Pontevedra
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