Descubre uno de los yacimientos romanos más importantes de la Península Ibérica
Seguro que muchos conocen la famosa playa de Bolonia, pero pocos sabrán que muy cerca hay unos importantísimos restos romanos.

Fundada hace unos 3000 años atrás por los fenicios, Cádiz es una de las ciudades más antiguas de Occidente. En toda su provincia actual se asentaron diferentes pueblos que dejaron su legado cultural e histórico por la importancia comercial que adquirió la zona muchos años atrás.
Uno de los espacios más atractivos y fascinantes de la provincia se sitúa a unos 22 kilómetros al noroeste de la ciudad de Tarifa. Aquí, dentro del actual Parque Natural del Estrecho se encuentran unos importantísimos restos arquitectónicos de finales del siglo II a.C. Son los restos de Baelo Claudia, una auténtica ciudad romana, situada junto a una de las pocas playas vírgenes que se pueden encontrar en el sur de la Península Ibérica, la playa de Bolonia.

Historia de Baelo Claudia
En este lugar la historia y la naturaleza conviven en un paisaje único e inigualable. Descansando al pie de uno de los litorales más bellos de España, se encuentran las ruinas romanas de Baelo Claudia. Todos los restos de esta antigua ciudad romana, importante centro comercial de hace dos mil años, se asoman al mar que le dio vida.
Levantada sobre un enclave fenicio a finales del siglo II a.C., era una modesta ciudad comparada con Gades. Su actividad se dirigía especialmente a la pesca y conserva de atunes mediante la salazón. También se dedicaban a la producción del garum, salsa realizada con vísceras de pescado muy apreciada por los romanos. Estas actividades atraían a numerosos trabajadores, sobre todo en verano, lo que determinó las características de muchos de sus edificios.
Baelo Claudia fue arrasada por un terremoto en el siglo II d.C., y aunque se intentó reconstruir entre los siglos III y IV, no volvió a alcanzar su antiguo esplendor. Durante cientos de años, la ciudad estuvo escondida entre dunas, casas de pescadores y una antigua carretera militar. Fue a principios del siglo XX, entre 1917 y 1921, cuando el hispanista y arqueólogo francés Pierre Paris junto con Jorge Bonsor, pintor, historiador y arqueólogo, trabajaron conjuntamente en este yacimiento arqueológico, sacando a la luz los restos de la ciudad.

Qué ver en Baelo Claudia
Se realizan visitas guiadas, muy interesantes, para poder conocer a fondo la ciudad, que, pese a no ser muy grande, presenta la estructura de cualquier ciudad romana. En su trazado urbano pueden distinguirse perfectamente las dos vías principales: el decumanus maximus y el cardus maximus. En su intersección, el foro o plaza pública, alrededor de la cual se levantaban los edificios administrativos y públicos de la ciudad.
Junto al foro se ubicaban cuatro templos, tres iguales dedicados a Júpiter, Juno y Minerva, y un cuarto mayor dedicado a la diosa egipcia Isis. El mayor edificio de Baelo Claudia es el teatro, con un aforo de hasta 2000 espectadores. Cerca de las factorías vivían los propietarios de las mismas en domus, las viviendas de las clases altas. Las clases bajas vivían en la periferia. Se pueden ver restos de estas viviendas y de las factorías artesanales para la elaboración de salazones y garum, zonas de depósito para secar el pescado, zonas para la manipulación de los productos y depósitos para almacenarlo.
Durante el recorrido también pueden verse restos de las tiendas, el mercado, las termas y de los cuatro acueductos que abastecían de agua a la ciudad. Además, se han encontrado tres zonas de enterramiento con dos ritos funerarios distintos: la incineración, correspondiente a los siglos I a.C. y I d.C. y la inhumación, entre los siglos III y IV. Lo que sí es cierto es que en ningún otro yacimiento romano peninsular se encuentra una visión tan completa de urbanismo romano. Pero, además, su enclave, el espectacular paisaje que rodea a la ciudad, la playa de Bolonia, con sus aguas cristalinas, arena dorada y vistas espectaculares a las montañas del norte de África, hacen de éste un lugar único con un valor patrimonial magnífico.