La ciudad pirenaica de Pau, en Francia

Belén Valdehita
Belén Valdehita 02 Julio, 2019

Pau es una encantadora e histórica villa francesa ubicada a sólo 50 kilómetros de los Pirineos, y que cuenta con un gran legado monumental y con un impresionante entorno natural en el llamado País Vasco francés.

La ciudad de Pau, en Francia
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Al suroeste de Francia, en la región de Aquitania, se encuentra la ciudad donde nació el monarca francés Enrique IV. Hablamos de la elegante localidad de Pau, que ejerce como la capital del departamento de los Pirineos Atlánticos. Sólo 50 kilómetros la separan de la imponente cordillera de los Pirineos, y a 120 kilómetros se hallan el Océano Atlántico y playas tan estupendas como las de Ondres o Tarnos.

Pero no hace falta irse tan lejos, porque en esta villa francesa hay mucho que ver y que hacer. El río Gave atraviesa la ciudad, que está dotada de un estupendo emplazamiento frente a la cordillera pirenaica. Está dividida en dos zonas: la ciudad vieja de Pau, que rezuma historia, y la ciudad moderna, no tan histórica y tradicional pero igual de bonita.

Se puede decir que estamos en la población más elegante de toda la vertiente pirenaica francesa. Su patrimonio monumental no llega a la grandeza de Versalles, pero no está exento de un carácter real y refinado, siendo un castillo su principal atractivo. Además, Pau es una ciudad con una gran tradición deportiva, intelectual y cultural.

Castillo de Pau, en Francia
Civitatis

Visita a la villa de Pau

Indudablemente, la visita a esta villa francesa debe comenzar con el recorrido por su castillo. Comenzó a construirse en el siglo XIV, y en él nació el que luego sería el rey Enrique IV, en el año 1553. Está en una de las zonas más antiguas de la localidad, y todo el Barrio del Castillo merece una detenida visita.


Otros ilustres personajes franceses también nacieron en Pau, como Jean-Baptiste Bernadotte, el que fuera mariscal de Francia y Rey de Suecia en el siglo XVIII. Hoy en día se puede visitar su Casa Natal, que ha sido reconvertida en un interesante museo.

Otros lugares que no hay que dejar de visitar son el Boulevard des Pyrénées, que es un bonito paseo con impresionantes vistas de los Pirineos; el Palais Beaumont y el Casino, que se encuentran en el Parque Beaumont; la catedral gótica o el original Funicular de Pau, que une la estación de trenes con la ciudad.

Funicular de Pau, en Francia
Comiviajeros

El placer de comer en Pau

Como sucede en toda Francia, la gastronomía en Pau se eleva a la categoría de arte. Lo comprobarás probando platos tan típicos de la cocina gala como el coq au vin, que es un estofado de gallo al vino; el croque-monsieur, un sándwich mixto cocinado al horno que si incluye huevo se denomina croque-madame; el hachis parmentier, un gratinado de puré de patatas y carne picada, o el pot-au-feu, un guiso de buey y verduras.

De esta parte de Francia son productos como el foie gras, el confit, el magret y otros platos derivados del pato y la oca. También cuentan con platos propios de la zona, como el poule au pot, que es un guiso de gallina, o la garbure, una sopa típica de Béarn. No olvides probar el Vino de Jurançon, un vino blanco con dos variedades, seco y dulce.

Una última recomendación. Si visitas Pau, no dejes de hacer una excursión por el Valle de Ossau, que antiguamente se conocía como el Ursialensis vallis (Valle de los Osos). Se extiende a lo largo de 70 kilómetros entre Pau y Laruns, y en el trayecto por el valle podremos visitar varios encantadores pueblos medievales, como Bielle o Béost.

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