La Cueva de Altamira, en Santillana de Mar

Belén Valdehita
Belén Valdehita 20 Octubre, 2017
Con más de 18.000 años de antigüedad, la Cueva de Altamira es Patrimonio de la Humanidad.
Bisontes en la Cueva de Altamira, en Santillana de Mar
Fuente de la imagen: guias-viajar.com

Situada en la localidad cántabra de Santillana del Mar, la Cueva de Altamira posee una de las mejores muestras rupestres del mundo de arte paleolítico. Situada en lo alto de una colina, con unas espectaculares vistas de la cordillera y la costa de Cantabria, está considerada Monumento Histórico Artístico, y fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1985.


La cueva, de trazado muy irregular y 270 metros de longitud, está dividida en un vestíbulo, una galería y una sala lateral. Sus moradores, hace más de 18.000 años, pintaron con pigmentos naturales en sus paredes figuras que representan bisontes, ciervos, jabalíes o caballos, todas ellas en tonos ocres y rojos y contorneadas en negro.


Tras ser descubierta en el año 1875, la cueva recibió miles de visitas, las cuales pusieron en peligro la integridad de las pinturas. Por este motivo ha permanecido cerrada al público durante muchos años, creándose la Neocueva, una reproducción minuciosa para disfrute de los visitantes. En 2014, la cueva original fue reabierta para ser visitada por un reducido grupo de personas durante sólo seis meses.

La Neocueva de Altamira, en Santillana de Mar
Fuente de la imagen: misviajesporahi.es

Historia de Altamira

Esta cavidad cántabra, considerada la Capilla Sixtina del arte rupestre, fue descubierta en 1868 por un tejero llamado Modesto Cubillas, que no llegó a entrar en ella. No se le dio ninguna importancia hasta 1875, cuando acompañado por Marcelino Sanz de Sautuola, un rico hacendado local, decidieron visitarla.


Sanz de Sautuola quedó fascinado por la cueva, y comenzó a investigarla. Durante unas excavaciones, en el año 1879, fue su hija María quien descubrió las famosos pinturas policromadas. Tras comunicar sus investigaciones en 1880, Sautuola chocó con el escepticismo de los expertos internacionales, que dudaban de su autenticidad, y falleció sin haber visto su descubrimiento reconocido.


Fue su hija María quien recibió dicho reconocimiento en 1902 por parte de la comunidad científica, tras el hallazgo de nuevos conjuntos rupestres en Francia.

Exposición del Museo de Altamira, en Cantabria
Fuente de la imagen: Guías Viajar

La Neocueva de Altamira

En el año 2001, junto a la cueva original, se construyó el Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira, diseñado por el arquitecto Juan Navarro Baldeweg. En su interior se halla la Neocueva, una fiel reproducción de la original y en la que se puede ver una estupenda muestra de las famosas pinturas del gran techo de la cueva. Fue realizada por Pedro Saura, catedrático de fotografía, y Matilde Múzquiz, profesora titular de dibujo de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid.


Para esta reproducción se emplearon las mismas técnicas de pintura que utilizaron los originales pintores paleolíticos. Fue tal el celo para copiarlas que, durante el estudio de las originales, fueron descubiertas nuevas pinturas y grabados.


La visita se completa con una interesante exposición, “Los Tiempos de Altamira”, donde conoceremos como era el arte y la cultura en la época en que la cueva estaba habitada, durante el Paleolítico Superior.

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