La Plaza de San Juan de Dios: corazón histórico y símbolo gaditano

Maria Reig 04 Noviembre, 2025

Si hay un lugar donde Cádiz muestra su esencia, es la Plaza de San Juan de Dios. Entre cafés, palmeras y vistas al Ayuntamiento, este rincón invita a sentarse, a mirar la cotidianidad del día a día y a sentir la historia viva que respira cada adoquín.

Plaza de San Juan de Dios, Cádiz.
Plaza de San Juan de Dios, Cádiz. Fuente: Turismo Cádiz.

Cádiz, considerada la ciudad más antigua de Occidente, guarda rincones llenos de historia, tradición y magnetismo. Repleta de lugares emblemáticos a lo largo de su casco urbano, nos adentramos en su corazón y encontramos una de las plazas más bonitas del mundo: la Plaza de San Juan de Dios. Cada rincón, cada lugar de esta plaza, lleva a conocer una historia repleta de esplendor. Tanto sus monumentos como su arquitectura hacen que visitarla sea una experiencia magnífica.

Ubicada frente al puerto, presenta un trazado irregular condicionado por su pasado, ya que antiguamente coincidía con las desembocaduras del mar milenario que atravesaba la actual isla de Cádiz. Durante siglos fue lugar de encuentro de viajeros y comerciantes y en la actualidad conserva todo su valor patrimonial e histórico. Hoy la encontramos convertida en un lugar vibrante que ningún gaditano o turista puede dejar de admirar.

Plaza de San Juan de Dios, Cádiz.
Plaza de San Juan de Dios, Cádiz. Fuente: Visiting Cádiz.

Historia de la Plaza de San Juan de Dios

La Plaza de San Juan de Dios está considerada la primera plaza de Cádiz. Comenzó a construirse en el siglo XV sobre terrenos ganados al mar, cuando surgieron dos barrios fuera del recinto medieval amurallado: los barrios de Santa María y el de Santiago. El espacio entre ellos se convirtió en la plaza, llamada por aquel entonces, de La Corredera.

En su antiguo trazado se encontraba junto a la Puerta del Mar, conocido hoy como el Arco del Pópulo. Ya en el siglo XVI y conocida también como la Plaza Mayor, se convirtió en un gran centro de actividad urbana y reunión, abierto al puerto y presidido por el ayuntamiento. La actividad comercial se incrementó gracias al desarrollo del comercio con América.

Cádiz se convirtió casi en la capital del mundo en el siglo XVIII ya que desde allí se dirigía el comercio con las Indias. A la ciudad llegaban todo tipo de mercancías preciosas y productos exóticos gracias a las flotas que allí atracaban. A finales de ese mismo siglo se ordenó la construcción de plazas permanentes que hicieron posible el estilo de mercado público que se mantuvo hasta la inauguración del Mercado Central.

Iglesia de San Juan de Dios, Cádiz.
Iglesia de San Juan de Dios, Cádiz. Fuente: Diario de Jerez.

Qué ver en la Plaza de San Juan de Dios

La última remodelación de la plaza finalizó en 2012, convirtiéndose en un espacio público peatonal para disfrute de gaditanos y viajeros. Numerosos restaurantes con terraza y una gran fuente central junto con el monumento dedicado al político gaditano Segismundo Moret, una obra de 1909 recuperada, hacen del lugar un espacio en que destacan edificios de gran interés como el Ayuntamiento o la Iglesia de San Juan de Dios.

La actual Iglesia de San Juan de Dios, levantada durante la reconstrucción que se llevó a cabo entre 1678 y 1688, presenta su fachada a la plaza y está anexa al Ayuntamiento. Es un excepcional ejemplo de iglesia con planta de cruz griega inscrita en un cuadrado. Se encuentra cubierta por una cúpula en la cruz y bóvedas de crucería en los cuatro brazos. Destaca su retablo mayor, obra barroca fechada en 1688, realizada en madera dorada y relacionado con las producciones de Juan González Herrera.

El Ayuntamiento de Cádiz, se encuentra ubicado en este mismo lugar desde el siglo XVI, ya que se construyó en 1799, aunque fue rehabilitado y sustituido por el actual a finales del siglo XVII. Su fachada se eleva sobre un pórtico liso sostenido por arcos de medio punto y centrada por un gran balcón con columnas jónicas y rematada por un frontón triangular en el que destaca el relieve de Hércules, fundador mítico de la ciudad. Su torre consta de tres cuerpos de estilo manierista. Toda la fachada está decorada con elementos que hacen referencia a la historia de la ciudad. En su interior se organizan las dependencias en torno a un patio cuadrado. En él destacan una escalinata monástica, también construida en el siglo XVII, y una escultura en mármol blanco que representa a Hércules. La visita permite contemplar el Salón de Plenos, ricamente decorado y con frescos en su bóveda.

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