Arzúa, el rincón gallego donde el queso es religión y el Camino de Santiago se saborea

Belén Valdehita
Belén Valdehita 21 Julio, 2025

Antes de llegar a Santiago, hay un lugar donde los peregrinos se detienen por devoción, pero al queso. Y es que Arzúa es capital láctea y parada obligatoria del Camino Francés.

Queso Arzúa-Ulloa
Parada obligada en el Camino de Santiago, Arzúa es además la capital de uno de los mejores quesos del mundo.

En Galicia hay un pueblo que huele a campo, a tradición y a algo que funde en la boca: el queso. Arzúa, a medio camino entre la fatiga del peregrino y la meta soñada de Santiago de Compostela, se ha ganado un lugar en el mapa por mucho más que su ubicación. Aquí, además de crear deliciosos quesos, se hace cultura, se respira historia y se celebran sabores que han cruzado fronteras con su cremosidad.

El Camino de Santiago tiene muchas postales, pero pocas tan sabrosas como la de este municipio coruñés. Cada año, miles de caminantes hacen una pausa aquí para descansar y para descubrir lo que muchos llaman el verdadero oro gallego.

Arzúa-Ulloa: un sabor con apellido protegido

Hay quesos, y luego está el queso Arzúa-Ulloa, que no es un queso cualquiera, sino uno con nombre, apellido y Denominación de Origen. Este manjar, nacido del pasto húmedo gallego y la leche de vacas locales, se cura lo justo, unos seis días, para lograr esa textura blanda y untuosa que lo hace inolvidable.

Queso Arzúa-Ulloa
El Queso Arzúa-Ulloa se cura lo justo, unos seis días, para lograr esa textura blanda y untuosa que lo hace inolvidable.

Su aspecto, de corteza fina y color marfil, puede parecer sencillo, pero en cuanto lo pruebas, entiendes por qué ha sido premiado dentro y fuera de España. Su sabor suave y lácteo lo convierte en el acompañante perfecto para empanadas, tortillas o, simplemente, para untar en pan de pueblo.

Lo mejor es que no se limita al plato: en Arzúa, este queso es identidad, orgullo y parte del ADN local. Los bares lo sirven con mimo, los ultramarinos lo colocan en vitrinas con reverencia y los vecinos hablan de él como si fuera uno más de la familia.

Galmesano: el parmesano gallego que da que hablar

En 2017, un grupo de ganaderos decidió apostar por algo diferente: un queso que rompiera moldes y que, tras un largo afinado de más de un año, surgió como un rival inesperado del parmesano. Así nació el Galmesano, una creación hecha 100% en Galicia pero con alma italiana.

Aunque a sus productores no les convence la comparación con el Parmigiano Reggiano, los consumidores lo han apodado el “parmesano gallego” por su textura granulada y sabor intenso. Y lo cierto es que no se queda corto: varias medallas internacionales avalan su calidad.

El Galmesano ha puesto a la localidad de Arzúa en el radar de los amantes del queso curado. Además, demuestra que la innovación también tiene cabida en una tierra donde la tradición quesera es ley. Hoy por hoy, ya es habitual encontrarlo en tiendas gourmet y menús de restaurantes con estrella.

La gran fiesta del queso de Arzúa

Una vez al año, Arzúa se transforma en un parque temático del queso. Durante el primer fin de semana de marzo, la localidad celebra la Festa do Queixo, una cita que reúne música, talleres, gastronomía y miles de visitantes. Declarada Fiesta de Interés Turístico, es mucho más que una feria: es una explosión de cultura popular.

Queso Arzúa-Ulloa
la Festa do Queixo de Arzúa, declarada Fiesta de Interés Turístico, reúne música, talleres, gastronomía y miles de visitantes.

En su 50ª edición, celebrada en 2025, hubo desde concursos de tapas hasta catas maridadas, sin olvidar conciertos y propuestas familiares. Uno de los momentos más comentados fue el lanzamiento de un helado artesanal de queso Arzúa-Ulloa, fruto de una colaboración entre la marca Bico de Xeado y el ayuntamiento.

Si algo define esta fiesta es su capacidad para combinar lo tradicional con lo contemporáneo, haciendo del queso un vehículo de encuentro, orgullo y creatividad. Asistir es sumergirse en una experiencia sensorial que queda grabada en la memoria y en el paladar.

Queso, miel y naturaleza: los otros tesoros de Arzúa

Más allá de la ruta jacobea, Arzúa guarda secretos que merecen una parada larga. Uno de ellos es el Centro de Divulgación do Queixo e do Mel, donde se puede aprender de forma muy cercana cómo se producen sus dos productos estrella: el queso y la miel. Este centro, además, acoge a la cooperativa Erica Mel, dedicada a la apicultura local.

Arzúa, en A Coruña
La localidad de Arzúa forma parte de la Ruta Jacobea, y es parada obligada en A Coruña. Imagen: xacopedia.com

Y si el mundo de las abejas despierta curiosidad, hay que visitar O Enredo do Abelleiro, un museo vivo que ofrece un recorrido por distintas colmenas y talleres de miel. La experiencia es tan inmersiva que uno sale de allí sabiendo más de abejas que de muchos apicultores novatos.

Pero no todo son sabores. El entorno natural también invita a la desconexión. Los alrededores de Arzúa están salpicados de rutas que llevan a capillas antiguas como la de Fonte Santa o la de A Magdalena, vestigios medievales con historias que se cruzan con la fe y el misterio. Para quien busque más acción, a 10 kilómetros se encuentra el embalse de Portodemouros, ideal para deportes acuáticos o un simple baño con vistas.

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