Dos castillos españoles, entre los más espectaculares del mundo

Es imposible resistirse al encanto que emanan los castillos. Visitarlos es como sumergirse en la Edad Media, rememorando cómo era la vida de los más ricos y poderosos en una época en el que las batallas, las epidemias y otras situaciones difíciles estaban continuamente a la vuelta de la esquina.

Algunas de esas fortalezas han llegado hasta nuestros días, con más o menos restauraciones, pero convirtiéndose en un auténtico imán turístico. Y no sólo para todos aquellos a los que le gusta la historia, también para cualquiera que quiera ver cómo se vivía entre los siglos X y XIV. La mayoría de estos castillos tuvieron una función defensiva, aunque también se convirtieron en residencias de reyes y nobles, incluso del clero.

National Geographic ha hecho una selección de los 15 castillos más espectaculares de la Edad Media, y en la lista aparecen dos fortalezas españolas, el Castillo de Loarre, en Huesca, y el Alcázar de Segovia, que comparten protagonismo con castillos tan imponentes como el de Eltz, en Alemania; el Castillo Saumur, en Francia, o el Castillo de Dunnottar, en Escocia.

El Castillo de Loarre, en Huesca

Situado junto al Pirineo aragonés, el Castillo de Loarre es uno de los mejor conservados de Europa. Se halla a 27 kilómetros de la ciudad de Huesca, y es de estilo románico. Fue edificado por orden de Sancho III sobre una antigua fortaleza romana en el siglo XI. Situado en lo alto de un promontorio rocoso, contaba con una ubicación privilegiada para vigilar y defender la zona.

Como fortaleza militar, tuvo un papel fundamental en la reconquista de Aragón, pero también desempeñó un rol religioso, ya que durante un tiempo funcionó como una abadía. En torno a él, giran numerosas leyendas, algunas de fantasmas, como la que hace referencia al personaje de Don Julián, el conde que facilitó la entrada de los árabes a la Península Ibérica.

Hoy en día se puede realizar una amena e interesante visita guiada a este castillo aragonés, cuyo acceso está precedido por una doble línea de murallas. En el interior, bastante sobrio, como corresponde a una castillo de esta época, nos llamarán la atención lugares como el Patio Central, la Torre del Homenaje, la Cripta de Santa Quiteria o la Iglesia de San Pedro, con su magnífica bóveda.

El Alcázar de Segovia

Es el típico castillo de cuento, y dicen que el mismísimo Walt Disney se inspiró en él para ilustrar el Castillo de Blancanieves. Los orígenes del Alcázar de Segovia se remontan al siglo XII, y más parece un castillo alemán o francés que la tradicional fortaleza castellana. Se encuentra sobre un gran promontorio ubicado entre los ríos Clamores y Eresma, siendo visible desde varios kilómetros a la redonda.

En este castillo llaman la atención sus numerosas torres circulares, coronadas por cúpulas puntiagudas; su imponente Torre del Homenaje o el cuerpo palaciego de la fortaleza. En su interior han tenido lugar algunos importantes acontecimientos de la historia de España, como la proclamación de Isabel la Católica como reina de Castilla en el año 1474 o la boda de Felipe II con Ana de Austria, en el año 1570. Actualmente acoge la sede del Archivo General Militar y del Patronato del Alcázar de Segovia, que es el responsable del museo que hay dentro del castillo.

La visita a este castillo segoviano, que no es el único en la provincia, nos permitirá ver su gran foso y el puente levadizo, además de su bello patio, diseñado por Juan de Herrera, el arquitecto favorito del rey Felipe II. En la fortaleza se pueden recorrer el Palacio Viejo, el Dormitorio Real, la Sala de la Chimenea, la Sala de la Galera, la Cámara Regia, la Sala de las Piñas, la Sala de Reyes, la Sala de Armas o la Sala del Cordón. Y, por supuesto, no hay que dejar de subir a lo más alto de la Torre del Homenaje, desde donde disfrutaremos de unas espectaculares vistas de la ciudad de Segovia y de sus alrededores.