Ponta Delgada, paraíso volcánico en las Islas Azores

Ponta Delgada es una sorprendente ciudad de la isla de San Miguel, en las Islas Azores, rodeada de un impresionante y bello entorno natural de origen volcánico.

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La villa portuguesa de Ponta Delgada ejerce como la capital de la isla de San Miguel y de las Islas Azores, un archipiélago situado en medio del Océano Atlántico. Posee una preciosa ciudad vieja con estrechas y peculiares calles originales de los siglos XVII al XIX, en donde sobresalen sus blancos edificios adornados con piedra volcánica negra.
Integrada por 24 freguesias, la localidad se convirtió en capital de las Azores en el año 1546. La isla de San Miguel es pequeña, y de hecho se puede ir andando a casi todas partes. Caminando por la costa, y saliendo de Ponta Delgada por el paseo marítimo, se puede llegar a pie hasta San Roque y a otros pueblos vecinos.
Aunque el clima local es de tipo oceánico, resulta difícil hacer previsiones meteorológicas. Esto se debe a la Corriente del Golfo, un factor determinante clave en el clima local. Pero, en líneas generales, se trata de un clima muy suave y con abundantes precipitaciones. Los niveles de humedad son muy altos, del 90 al 100%, y las precipitaciones son de 985 mm al año, siendo más copiosas en invierno.

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Paseo por Ponta Delgada
Recorrer el barrio histórico o ciudad antigua es un auténtico placer, disfrutando tranquilamente de sus intrincadas calles repletas de magníficas casas de los siglos XVII a XIX. Entre los abundantes edificios religiosos de la ciudad, mencionar los que se encuentran en el Campo de San Francisco, como la Iglesia de San José, el Convento de Nuestra Señora de la Esperanza o la Iglesia del Cristo de los Milagros.
Otros lugares de interés son el Fuerte de Sao Brás, ubicado a la entrada del Paseo Marítimo; el Monumento al Inmigrante, la Iglesia Matriz de San Sebastián, la estatua de San Miguel Arcángel, patrón de la isla, la Iglesia de San Pablo o la Ermita de Santa Ana.
Otra visita obligada es la del Lago de las Siete Ciudades, un pequeño lago que surgió tras la unión de dos lagunas, la Laguna Verde y la Laguna Azul, comunicadas por un puente. Todo el entorno del lago es de gran belleza natural.

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Qué comer en Ponta Delgada
La isla de San Miguel es un buen lugar para descubrir la gastronomía de las Azores, sencilla pero de excelente calidad. Los ingredientes básicos que utilizan en sus recetas son los pescados frescos, las verduras y frutas de esta tierra y las carnes del ganado, que se alimenta con los abundantes pastos locales.
Son platos típicos la salada de polvo (ensalada de pulpo); las lapas, crudas o a la plancha con ajo y limón; los cracas (percebes); las pasteis de bacalhau, empanadillas de bacalao; el caldo verde, una sopa de col rizada; la sopa de peixe, caldo de pescado; la sopa del Espíritu Santo; la caldeirada, parecida a la bullabesa; el bitoque, filete con un huevo frito encima, o la alcatra, un estofado de ternera con col y bacon.
En las aguas de la costa se capturan diversos pescados que aquí preparan de múltiples formas, como el atún, el pez espada, la pescadilla, el congrio, el pargo o las sardinas.

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Qué hacer en Ponta Delgada
Ponta Delgada sorprende al viajero por su gran oferta turística. A la belleza de su casco antiguo se une la animada y cosmopolita zona moderna. Posee un estupendo paseo marítimo, ideal para pasear tanto de día como de noche. En él encontraremos una buena oferta de restauración, además de un magnífico complejo comercial y de ocio, el Portas Do Mar.
Tras disfrutar del patrimonio de la ciudad, no hay que dejar de acercarse a la gran playa que hay a las afueras de Ponta Delgada. De gran oleaje, el agua goza de una buena temperatura, y toda esta zona costera tiene mucho ambiente.
Para acabar, te recomendamos dos planes más: visitar el precioso Jardín Botánico, donde encontraremos diversos espacios verdes, o realizar una excursión marina para realizar avistamiento de cetáceos o nadar y bucear con delfines en mar abierto.