Kyoto, la magia del Japón más tradicional

Belén Valdehita

De las muchas sorprendentes ciudades que encontraremos en Japón, Kyoto es una de las imprescindibles, una población que no hay que dejar de visitar. Se halla en la parte central de la isla de Honshu, y aunque no cuenta con aeropuerto propio, están muy cerca los de las ciudades de Kansai y Osaka.

El patrimonio histórico-monumental de Kyoto es uno de los más impresionantes del “País del Sol Naciente”. Además, en la ciudad se mantienen vivas muchas tradiciones ancestrales, como la siempre exótica ceremonia del té.

Con un clima de tipo subtropical húmedo, Kyoto cuenta con unos veranos cálidos y húmedos, y con unos meses de invierno fríos. La temperatura media máxima durante el verano es de 33 grados centígrados, mientras que en invierno es de 1,2 grados. Es una ciudad en la que suele llover, contando con una media anual de precipitaciones de 120 días al año. El mes más seco es diciembre, siendo junio el mes más lluvioso.

Para poder recorrer todos los lugares de interés que nos ofrece Kyoto, tendríamos que prolongar nuestra estancia durante un par de meses. Las cifras son impresionantes: más de 2.000 templos o 200 espléndidos jardines. Si no podemos quedarnos tanto tiempo en Kyoto, podremos visitar algunos de sus lugares más emblemáticos, por ejemplo Daitokuji, un conjunto arquitectónico formado por 24 templos, cada uno con su jardín y sus altares, aunque no todos están abiertos al público. También es muy recomendable la visita el templo Enryakuji, del siglo IX; al Templo Kiyomuzi, que se halla en Otowasan (Monte Otowa), y que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO; al santuario Fushimi Inari, que está dedicado al dios del arroz (Inari); al santuario Go Honden o a la puerta de Sakuramon.

Si nos queda tiempo, podremos acercarnos al Ginkakuji o Pabellón de Plata que, a pesar de su nombre, no está construido en este noble material. En un principio sí pensaban cubrirlo de este metal, pero la guerra civil que sufría Japón en la época lo impidió.

Después de un exhaustivo recorrido por los tesoros de Kyoto, nada mejor que recuperarse dándose un buen homenaje con la gastronomía tradicional de Japón. La variedad de platos en su cocina es también apabullante, aunque el plato más típico es el kaiseki, que está integrado por una gran variedad de pequeños platos compuestos por exquisitos bocados. Con este único plato nos podemos dar todo un banquete, y lo encontraremos en los mejores restaurantes de Kyoto, aunque resulta un poco caro. Otra opción más económica es degustarlo en algún ryokan, pequeños hoteles o pensiones que pueden encontrarse en varias categorías. No se distinguen por las estrellas, más bien por su precio, y en ellos suelen ofrecer a los clientes el kaiseki.


No hay que olvidar que en la ciudad de Kyoto fue donde surgió la tradicional ceremonia del té, y que es el mejor lugar de Japón para disfrutar de esta inolvidable experiencia.

Respecto a la oferta de alojamiento de Kyoto, es numerosa y variada. En la ciudad encontraremos hoteles de cinco estrellas, como el Hyatt Regency Kyoto, el Kyoto Brighton Hotel o el Hotel Nikko Princess Kyoto; de cuatro estrellas, como el Rihga Royal Hotel Kyoto, el Hotel New Miyako o el Hotel Monterey Kyoto; de tres estrellas, como el Hotel Sunroute Okayama, el Kyoto Tower Hotel o el Hotel Vista Premio Kyoto, o de otras categorías, como el Guest House Kingyoya, el Ryokan Sawaya Honten o el Kyoto Guest House Hannari. Más de 400 hoteles nos esperan en Kyoto.

Si viajamos a Japón, no debemos dejar de visitar Kyoto, una de las ciudades más mágicas del país. En ella confluye toda la esencia de Japón, desde habitantes que conservan la tradición de vestir kimono a la más rabiosa vanguardia nipona.

Su maravilloso patrimonio, formado por más de 1.600 templos budistas, varios centenares de templos sintoístas, múltiples villas imperiales, 200 jardines y algunos de los mejores museos del país, es otro de los motivos por los cuales hay que incluir Kyoto en nuestro periplo japonés.

La espectacularidad de Kyoto ha convertido la ciudad en escenario habitual para el rodaje de películas. De hecho, una de sus principales atracciones turísticas es un estudio de filmación reconvertido en parque temático, el Eigamura. En él podremos ver diversas réplicas de los edificios japoneses más tradicionales, como un Koban del período Meiji, una réplica de la antigua Nihonbashi (el puente a la entrada de Edo), un palacio de justicia tradicional o la parte de la antigua Yoshiwara, el que fuera el distrito rojo de Tokio. Como valor añadido, está permitido mirar cuando se ruedan las películas. Así es Kyoto: amable, tradicional, espectacular y mágico.