Ansó, Huesca

Introducción

Acercándonos más a su historia, debemos recordar que este territorio fue el que se llamó Marca Hispánica y que consistía en una amplia región ante los Pirineos que los francos de Carlomagno apoyaron para establecer una frontera con los musulmanes.

Pero tras las sucesiones en el antiguo reino franco, todos los feudos del territorio hispánico se desligaron de este. El condado de Aragón, que ocupaba estas tierras, formó parte en un principio del reino de Navarra. Por herencia de los hijos del monarca se convirtió en independiente y asumió otros pequeños condados; para al fin con el apoyo papal, ser considerado un reino propiamente.Nacía el reino de Aragón, con capital en Jaca, y Ansó fue una de sus villas. Ganando importancia con el tiempo, debido a que dominaba la frontera con Francia.

Existen documentos del siglo XIII en los que Jaime I de Aragón otorga privilegios a Ansó y sus gentes por su estratégica posición dominando la entrada al valle del río Aragón desde el vecino país del norte.

Un curioso suceso que se dio en el periodo medieval y que aún hoy sigue vigente, tuvo a Ansó como protagonista. Se trató de un conflicto entre los pastores del lado francés contra los del lado hispánico. Unos y otros tuvieron enfrentamientos por el acceso a los fértiles pastos y ni los nobles lograban calmar la situación.Así que se decidió que fuese la villa de Ansó la que mediase y sería esta la que estableció la sentencia, un pacto entre las partes afectadas firmado el 6 de Octubre de 1375. Pacto que recoge el Tributo de las Tres Vacas, por el que los pastores del lado francés entregarían tres de sus mejores reses a los firmantes del lado ibérico.Este acuerdo sigue vigente hoy día, convirtiéndose en el tratado en vigor más antiguo de Europa. Se celebra el 13 de Junio entre los vecinos de los valles de Roncal, en Navarra, y los de Baretous, en Francia; recreando este ritual con más de 600 años.

Ansó fue principalmente una localidad dedicada a la ganadería, su alta situación en el Pirineo a más de 1000 metros, perjudicaba la agricultura. Con el tiempo la explotación maderera fue cobrando importancia, pero acabó por perder fuelle debido a las medidas de protección ambiental.De este modo la villa comenzó a dedicarse al turismo, aunque con un considerable cuidado para evitar la masificación. Así hoy, ya considerada Bien de Interés Cultural, posee buenos servicios con que acoger a los visitantes y se ha convertido un excelente destino pirenáico.

Otro rasgo curioso a destacar es su idioma, el ansotano. Este es una variante de la antigua lengua aragonesa que aún se conserva en nuestros días. Lo cual añade un carácter muy propio a esta localidad.

Aproximándonos

Aunque pertenece a la provincia de Huesca, queda más cerca de Pamplona que de la capital oscense.

Si salimos de la capital navarra nos llevará en torno a una hora y media de viaje. Siguiendo la autovía A-21, esta nos pasará junto al amplio y bello embalse de Yesa, que guarda las aguas del río Aragón. La continuaremos hasta el pueblo de Berdún, donde tomaremos el desvío por carretera hacia Biniés.A partir de esta última población, nos introduciremos en los montes norteños, a través del valle del río Veral. Ansó se levanta en la ribera de este pequeño curso, así que él es el mejor indicador.

Desde Huesca la ruta puede alcanzar casi las dos horas. Podemos salir hacia el norte, con destino a Sabiñánigo; ruta que nos acercará a Jaca. Y penetrar en los montes a través de Javierregay o, como en la ruta desde Pamplona, por Biniés.O también salir en dirección oeste hacia el pueblo de Ayerbe, para tomar rumbo norte hacia el Embalse de la Peña; lugar este que invita a ser visitado sin lugar a dudas. Desde ahí viajaremos hacia el Puente de la Reina de Jaca, donde esta ruta se uniría a la anterior mencionada.

Atractivos

Ansó se nos presenta como una hermosa villa medieval en mitad de un entorno natural de poderosa presencia. El conjunto arquitectónico y los espacios paisajísticos componen un todo armonioso, que seduce los sentidos.

En la población encontramos excelentes referentes medievales en sus viviendas, trazado de las callejas y en especial en el soberbio templo que corona la villa.

La Iglesia Parroquial de San Pedro es una obra impresionante, de estilo gótico con evidente influencia de la típica arquitectura montañesa. Es impresionante por dominar el alto en que se encuentra Ansó con su construcción sólida y elevada, por su interior y lo que en él guarda. Está bien documentada su construcción en el siglo XVI, sobre un templo anterior del siglo VI.Los retablos barrocos, tanto el mayor dedicado a San Pedro como los que encontramos en sus capillas laterales, son del siglo XVII y de gran belleza. Posee esta iglesia en su coro un fascinante órgano de gran tamaño, fabricado en Francia en el siglo XVIII y que fue llevado pieza a pieza hasta esta iglesia a través de los Pirineos.En la misma encontraremos también dos museos, el etnológico y el de arte sacro. Ambos nos ayudan a aproximarnos a la historia de esta población.

Aunque la iglesia es el edificio más llamativo, también disfrutaremos de otras reminiscencias de su pasado como el excelentemente conservado torreón medieval o la Casa Morené; una vivienda abierta al público como exposición viva de aquellos tiempos. Y mención también al edificio del ayuntamiento de Ansó, en el que podemos ver una evolución natural de su arquitectura, que conjuga con el resto del pueblo.

Recorrido Ansó y disfrutado de su conjunto, echamos la vista a las tierras aledañas para descubrir en esos paisajes más que bellas fotografías panorámicas. El valle en que se encuentra está rodeado de verdes montes con suaves pendientes, elevándose al fondo los picos pirenáicos de roca y nieve.Un gran número de rutas de senderismo se extiende por toda la comarca, dotada esta de una gran diversidad de flora y fauna. El centro de interpretación de la naturaleza facilita un acceso a información sobre lo que podremos encontrar.

Y para los meses más fríos, además de la mágica capa blanca que cubre Ansó y lo dota de una belleza particular, se abren las pistas de esquí de fondo en Linza.

A lo que se suman otras actividades de ocio; descenso de barrancos, piragüismo, escalada o recolección de setas. La caza y pesca están reguladas, abriéndose veda estacionalmente.

Todo ello hace de Ansó un excelente destino para pasar unos días.

Despidiéndonos

Ansó ofrece todo lo que se busca en un destino rural. Es una villa medieval que nos muestra su pasado en cada pequeña parte del pueblo, arquitectura tradicional y museos que conservan el legado histórico. El entorno es una maravilla. Paisajes de poderosa impresión y pureza. No solo es un lugar al que ir a hacer una comida, permite guarecerse en él durante días explorándolo y desconectando de todo.

Por lo de ahora no se ha masificado el número de visitantes, como ocurre con otros destinos, y eso también es de agradecer. En general es una oferta más que atractiva a tener en cuenta.