La isla balear de Mallorca, un destino estrella

Mallorca es uno de los destinos españoles más solicitados a nivel mundial. Desde hace más de un siglo, esta isla balear atrae a multitud de visitantes, tanto de origen nacional como internacional. Los motivos son muchos y variados, pero los principales son sus maravillosas playas y calas, su espectacular oferta de naturaleza, sus abundantes propuestas de ocio y la enorme variedad que hay de locales de restauración y de alojamiento en Mallorca.

Su capital es la ciudad de Palma, que también ejerce como la capital de la Comunidad Autónoma de Baleares. La isla acoge otros destacados destinos, como Calvià, Manacor, Sóller, Andratx, Alcudia o Pollensa. Y tanto la isla de Cabrera como el resto de sus islotes también pertenecen administrativamente a la capital mallorquina.

Llegar a Mallorca no reviste ningún problema, ya que se encuentra perfectamente comunicada a través del Aeropuerto Internacional de Son Sant Joan, ubicado a ocho kilómetros de Palma, y a través de los barcos y líneas regulares que parten con frecuencia desde el Puerto de Palma y desde el Puerto de Alcudia.

Qué ver en la isla de Mallorca

No todo en Mallorca tiene que consistir en ir a las playas. La isla también cuenta con una gran riqueza monumental, cultural y de naturaleza. Entre la lista de lugares que no hay que perderse se encuentra el Castillo de Bellver, en Palma, que es uno de los tres únicos castillos europeos que posee planta circular. En la capital insular también destaca la Catedral de Santa María, que posee uno de los rosetones de mayor tamaño en estilo gótico levantino.

Nuestro recorrido por Mallorca continúa con el Santuario de Lluc, principal lugar de peregrinaje, ya que acoge a la Virgen de Lluc, patrona de la isla; la Real Cartuja de Valldemossa, que en su origen fue un palacio construido por el rey Jaume II para su hijo Sanç a principios del siglo XIV; el Castillo de Bendinat, que se construyó por orden del Marqués de la Romana en el siglo XIX; el bello Paseo de Calvià, que cuenta con un encantador recorrido de 32 kilómetros; las cuevas naturales del Drach, la cueva de Artá o la preciosa Sierra de Tramuntana, que discurre de forma paralela al mar en el noroeste de la isla. En esta sierra no sólo tendremos la oportunidad de contemplar algunos de los parajes naturales más bellos de la isla, también podremos visitar lugares llenos de historia y de gran valor artístico.

Los aficionados a los museos cuentan con el Museo Municipal de Pollensa, el Museo del Mar, el Museo y Casa Natal de Fray Juníper Serra, el Museo Balear de Ciencias Naturales y Jardín Botánico o el Museo del Monasterio de Miramar, entre otras muchas posibilidades.

Qué hacer en Mallorca

Ir a la playa es uno de los planes más habituales en Mallorca. Y es que la isla puede presumir de sus numerosas playas y calas, como la Playa de Es Trenc, la Cala Varques, la Cala Tuent, la Cala San Vicente, la Cala Mondragó, la Cala Sa Calobra, la Cala Maioris o Cala Moltó, entre otras.

Descubrir la gastronomía mallorquina es toda una experiencia. Está basada en la cocina mediterránea, y sus platos más populares tienen como base frescos pescados y mariscos, excelentes legumbres y verduras y ricas carnes. No hay que dejar de probar especialidades como la caldereta de langosta, los butifarrons, el trampó, el frit, las sopas mallorquinas, los bunyols, las cocas, las ensaimadas, la leche de almendra o la sobrasada.

El ocio es también una de las grandes bazas turísticas de Mallorca, que ofrece la posibilidad de jugar al golf, practicar una gran variedad de deportes náuticos, pasarlo a lo grande en sus estupendos locales nocturnos o vivir sus fiestas, contando la isla con un completísimo calendario festivo y de eventos. Y es que la isla de Mallorca es una de las mejores formas de vivir y disfrutar del Mediterráneo, y sobran los motivos para que escojamos como destino este precioso y sugerente enclave de las Islas Baleares.