Sigüenza, la escapada perfecta en Guadalajara

Si buscas una auténtica villa medieval, pero dotada de una magnífica infraestructura turística, no lo dudes, la elección perfecta es la villa de Sigüenza. Situada en la comarca de la Serranía, en la provincia castellano-manchega de Guadalajara, posee un increíble patrimonio monumental, además de grandes propuestas de alojamiento y restauración, sin olvidar la animada noche seguntina, gentilicio con el que se conoce a sus visitantes.

Lo tiene todo para una escapada de lo más completa, porque también disfruta a su alrededor de preciosos paraje naturales que recorrer a pie o a golpe de pedal. Y es que su ubicación es privilegiada, al estar rodeada por los sistemas montañosos Central e Ibérico.

El clima de Sigüenza, de tipo mediterráneo, proporciona a la villa unos meses de verano secos y calurosos y unos inviernos fríos, así que tenlo en cuenta a la hora de hacer la maleta. Y no olvides meter calzado cómodo para poder recorrer sus calles, porque hay mucho que ver.

Paseo monumental por Sigüenza

Declarada Conjunto Histórico Artístico en el año 1965, miremos donde miremos en Sigüenza veremos algún monumento o un peculiar rincón. El edificio más importante es la Catedral de Santa María, del siglo XII, seguido del castillo-palacio fortaleza, que fue residencia de los obispos hasta mediados del siglo XIX, y que hoy en día acoge el Parador Nacional de Turismo. En el interior de la catedral se encuentra el sepulcro de Martín Vázquez de Arce, más conocido como El Doncel de Sigüenza, que está considerado todo un símbolo del municipio.

Son muchas las iglesias repartidas por Sigüenza así que, si no puedes verlas todas, al menos no te pierdas la Iglesia de Santiago y la Iglesia de San Vicente, ambas románicas. Déjate caer por la Plaza Mayor, el lugar más emblemático de la villa, e incluye en tu recorrido lugares como el Palacio de los Infantes, el Palacio Episcopal, la Casa Municipal, la Ermita del Humilladero, el antiguo Ayuntamiento, la antigua Cárcel, la Posada del Sol (actual Taberna Gurugú de la Plazuela) o los restos de varios recintos amurallados, en los que todavía se pueden ver sus puertas y torreones.

Y, aunque no lo creas, te quedará todavía mucho que ver, como la pequeña judería, la Plazuela de las Cruces, Las Travesañas, el Callejón de los Infantes, la Plazuela de las Cruces o el Barrio barroco de San Roque.

Tres buenos planes en Sigüenza

Más que un plan es una necesidad, pero comer en Sigüenza es auténtico placer. Déjate seducir por su cocina tradicional, y apúntate a platos como las migas con chorizo, torreznos y huevo frito; la sopa castellana, el asado de cordero o cabrito, la trucha escabechada o con jamón y las recetas elaboradas con carne de caza o con los productos que se extraen de la matanza del cerdo. De postre pide unas yemas del Doncel o unos bizcochos borrachos. Y si eres de los que disfruta con el aperitivo, descubrirás que tapear en Sigüenza es una verdadera gozada.

El segundo plan que te proponemos es que te pierdas por los bellos parajes que rodean la villa, como el Parque Natural del Barranco del Río Dulce, la Microrreserva de los Saladares de la cuenca del río Salado o el Lugar de Interés Comunitario del Valle y Salinas del Salado.

Y el tercer plan es de lo más festivo, porque te sugerimos que hagas coincidir tu escapada a Sigüenza con celebraciones como las fiestas de su patrón, San Vicente Mártir, que tienen lugar el 22 de enero; con las Fiestas Patronales de Verano, en honor de San Roque y la Virgen de la Mayor, que se celebran a mediados de agosto, o con las las Jornadas Medievales, que podremos disfrutar el segundo fin de semana de julio.