La Cueva de los Moros, en Pastrana
La villa de Pastrana, en Guadalajara, no sólo puede presumir de historia y monumentos, también de lugares tan especiales como la Cueva de los Moros.
Tomando la carretera que va desde la localidad de Pastrana, en Guadalajara, hacia la población de Albalate de Zorita, a la izquierda veremos un desvío que se dirige a Valdeconcha. En este pequeño pueblo perteneciente al partido judicial de Pastrana, entre campos de cultivo, hay una enorme roca de arenisca que se encuentra perforada, dando lugar a antiquísimas galerías. Se trata de la Cueva de los Moros.
En esta histórica oquedad, y durante la Edad Media y el Siglo de Oro, fueron muchos los monjes y anacoretas que se recogieron para poder meditar. Entre los más populares, San Juan de la Cruz, que pasó una buena temporada encerrado en la Cueva de los Moros.
La curiosa Cueva de los Moros
No estamos ante una cueva al uso. La de los Moros se caracteriza por sus galerías paralelas y su peculiar forma de tronco piramidal. Resulta bastante evidente que sus primeros cinco metros de altura fueron tallados a mano, pero según nos adentramos va perdiendo altura.
Realmente no es una cueva, más bien se trata de una serie de pasadizos paralelos y de túneles interconectados que poseen varias salidas al exterior. Una vez en su interior nos sentiremos como dentro de una mastaba egipcia, y podremos contemplar algunos signos grabados que no se corresponden con ninguna escritura conocida.
Los expertos consideran que podría tratarse de un santuario rupestre de la época de la Edad del Hierro, como demuestran algunos signos de escritura alfabética parecidos al alfabeto ibero. En sus paredes también se pueden ver algunas figuras, como cruces con bases piramidales. Tras la visita a la cueva, podemos acercarnos al Convento Carmelita de San Pedro, que está a unos 500 metros, y que fundado por Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz en 1569.
Qué ver y hacer en Pastrana
Pastrana es una de las localidades más ilustres de Guadalajara, y es poseedora de un enorme patrimonio histórico-monumental que ha hecho digna a esta villa alcarreña del título de Conjunto Histórico Artístico. Entre sus lugares más emblemáticos se hallan el Palacio Ducal o la Colegiata del siglo XIV.
El recorrido por la villa también debe incluir la visita a algunas ilustres viviendas, como la Casa del Caballero Calatravo, el Palacio de los Burgos, la Casa del Concejo, la Casa de los Canónigos o la Casa de la Inquisición. Y es de lo más interesante la Fuente de los Cuatro Caños, con su pilón hexagonal dotado de un portacaños gallonado y cuatro mascarones de los que salen los chorros de agua. En su parte superior hay un pináculo con un orbe y una cruz de hierro.
Un plan obligado es comer en Pastrana y degustar la buena cocina alcarreña. Podremos disfrutar de delicias como el cordero asado, la caldereta, las migas, las gachas y otras muchas recetas elaboradas con peces de río y carne de caza, como el morteruelo. En esta localidad manchega, al igual que en la castellano-leonesa Ávila, elaboran las famosas yemas de Santa Teresa, y también una magnífica miel de La Alcarria con numerosas propiedades nutritivas.
