Toñanes y sus acantilados, en Cantabria

Belén Valdehita
Belén Valdehita 03 Enero, 2019

Bordeando el mar Cantábrico, los acantilados de Toñanes constituyen uno de los más espectaculares recursos naturales de Cantabria.

Acantilados y Cascada de El Bolao, en Toñanes, Cantabria
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Ubicado entre las populares localidades de Santillana del Mar y Comillas, Toñanes es un pueblo costero que limita con el mar Cantábrico. Posee unos asombrosos acantilados, y desde la villa se pueden realizar preciosas excursiones, como la de la Senda Costera GRL 47, la de Toñanes a Tagle, la ruta que lleva a Novales, la Ruta de los Acantilados o la de la Cascada de El Bolao.

Esta localidad de Cantabria pertenece al Alfoz de Lloredo, y cuenta con poco más de 100 habitantes. Está situada a tres kilómetros de la capital municipal, Novales, y es paso obligado de los peregrinos que realizan el Camino de Santiago del Norte. Por Toñanes pasa el río La Verde, que tiene su desembocadura en un bello acantilado llamado El Bolao. A pesar de su pequeño tamaño, en esta población podremos ver bonitas muestras de las típicas casas montañesas.

El clima local es de tipo atlántico, siendo la temperatura media anual de casi 14 grados centígrados. En agosto, el mes más caluroso, es de 20 grados, y en enero, el mes más frío, el promedio es de casi 9 grados. Julio es el mes más seco del año, mientras que noviembre es el más lluvioso.

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Qué ver en Toñanes

Entre los principales edificios monumentales de la localidad cántabra de Toñanes se encuentran la Casa-Palacio de los Gómez de Carandia, que fue construida en el año 1703 y que actualmente se ha reconvertido en un hotel, y la Iglesia de San Tirso, que se calcula podría ser del siglo XVIII, aunque existen documentos que prueban la existencia de una iglesia en el mismo lugar en el año 1128.

El pueblo y sus alrededores cuentan con unos magníficos recursos turísticos naturales, como la Playa de Luaña, que suele lucir la Bandera Azul y se encuentra en la cercana localidad de Cóbreces; el Acantilado y la Cascada de El Bolao, entre Toñanes y Cobreces, y el cercano Monte del Cildá, con una altura de 1.065 metros.

Antiguo Molino de El Bolao, en Toñanes, Cantabria
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El placer de comer en Toñanes

Además de sus hermosos acantilados, otro de los atractivos de Toñanes es su oferta gastronómica, que gira en torno a la tradicional gastronomía cántabra. Hay tres productos que predominan en esta zona: los quesos, la miel y los limones.

Los platos más típicos se elaboran con pescados y mariscos, como la merluza en salsa verde, los maganos (chipirones) encebollados en su tinta, las almejas a la cazuela o el sorropotún o marmita. Las rabas son el aperitivo más solicitado.

No faltan en la cocina lugareña los platos de la carne cántabra por excelencia, la vaca tudanca, además de los que se elaboran con carne de caza, como venado, corzo y jabalí. Otros dos platos muy populares son el cocido montañés, que lleva carne, alubias, berzas, chorizo y morcilla de arroz, o el borono, una masa hecha con sangre y tripas del cerdo, cebolla, sal, manteca, especias harina de maíz y harina de trigo.

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