Tarazona Moncayo Zaragoza

Maria Reig 30 Junio, 2025

El imponente Moncayo es el escenario de fondo de Tarazona, que sorprende por su casco antiguo, declarado Conjunto Monumental, en el que se pueden encontrar las huellas de las culturas cristiana, judía y musulmana.

Tarazona, Zaragoza.
Tarazona, Zaragoza. Fuente: Turismo de Aragón.

Situada a los pies del Moncayo, Tarazona es una ciudad de la provincia de Zaragoza. Poblada desde la Edad del Hierro, la importancia histórica de este municipio queda reflejada en sus grandes monumentos civiles y religiosos. Capital de su comarca, Tarazona y el Moncayo, es sede episcopal de la diócesis de Tarazona desde el año 449.

Fue una ciudad celtibera, romana, visigoda, judía, musulmana y volvió a ser cristiana tras conquistarla Alfonso el Batallador a principios del siglo XII. Ocupando un espacio geográfico históricamente fronterizo entre los reinos de Castilla, Navarra y Aragón, su gran esplendor económico queda reflejado en su arquitectura. Gustavo Adolfo Bécquer la denominó la pequeña Toledo aragonesa después de visitarla. Su casco antiguo fue declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1965.

Tarazona, Zaragoza.
Tarazona, Zaragoza. Fuente: Patrimonio Cultural de Aragón.

Qué ver en Tarazona

La historia de Tarazona ha dejado su impronta en numerosos edificios. Su época de mayor esplendor se sitúa en la Edad Media, durante la que se construyen la mayoría de ellos. Paseando por sus calles, estrechas y empedradas, se pueden admirar palacetes, arcos de paso, casas populares construidas con los métodos típicos de la zona: arcos de medio punto, teja árabe y manchones de ladrillo aragonés. Al igual que muchas ciudades y pueblos de Aragón, Tarazona posee numerosas muestras del arte mudéjar aragonés.

El recorrido por Tarazona puede iniciarse en la Plaza Mayor, conocida como “la plaza del Mercado”. Aquí se sitúa el Ayuntamiento, edificado entre los años 1557 y 1563, que fue utilizado como Lonja hasta el siglo XVII, cuando pasó a convertirse en Casa Consistorial. Posee una fachada escultórica espectacular. Personajes mitológicos, inscripciones en latín, los escudos de Carlos V, del Reino de Aragón y de Tarazona, se unen a un friso que recorre toda la fachada y que muestra la entrada triunfal de Carlos V en Bolonia al ser coronado Emperador en 1530.

Tarazona cuenta con un barrio judío muy bien conservado. Las callejuelas de la antigua judería dan fe de la importancia que tuvo la comunidad hebrea en esta villa, que alcanzó su mayor esplendor durante el siglo XIII y que tiene como elementos más característicos las Casas Colgadas, construidas sobre el adarve de la muralla medieval. Desde la Fundación Tarazona Monumental recomiendan descargar la Ruta de la Judería para realizar un completo recorrido.

Tarazona, Zaragoza.
Tarazona, Zaragoza. Fuente: Hoy Aragón.

La Catedral de Nuestra Señora de la Huerta

Son numerosísimos los edificios y monumentos que podemos visitar en Tarazona. La Ermita de San Juan Bautista, la de Santa Rosa, la de San Vicente, la Iglesia de la Anunciación, la Iglesia de la Concepción de Nuestra Señora, la Iglesia de Nuestra Señora de la Merced, la de San Joaquín o la de San Miguel Arcángel entre otras, la Mezquita o el Palacio Episcopal representan un poco de lo mucho que ver en Tarazona.

Pero si hay un monumento que le da carácter a la villa es la Catedral. Construida a la par que las catedrales de Burgos y Toledo, está dedicada a Nuestra Señora de la Huerta. El edificio se encuentra alejado de lo que sería la ciudad medieval construida en la otra margen del río Queiles, sobre la colina y dentro de un gran recinto amurallado. Presenta un hermoso mosaico de estilos arquitectónicos cuyos orígenes se remontan al siglo XIII. Gótico, mudéjar y renacimiento conviven en la que está considerada como una de las mejores catedrales hispánicas del gótico. Su torre, con un primer cuerpo gótico, destaca por la decoración mudéjar en ladrillo ornado realizada antes de 1510.

Al igual que en la torre, el mudéjar se funde con el gótico en el impresionante cimborrio y en el claustro. El interior sorprende por su decoración y grandiosidad. En el siglo XVI el interior del templo fue renovado según los gustos renacentistas con bellas pinturas murales, destacando las del tambor del cimborrio, calificadas como la Capilla Sixtina del renacimiento español. Del barroco, destaca el pórtico mayor y el trascoro, con pinturas de Vicente Berdusán. Después de tres décadas de cuidada restauración, reabrió sus puertas en 2011. Para vivir una experiencia única se recomienda la visita nocturna que ofrece un recorrido fascinante en un ambiente donde se conjuga iluminación, sonido e imagen, creando una atmósfera inolvidable.

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