Así es la cueva más emblemática de Bilbao: Santimamiñe, arte rupestre y naturaleza en el corazón de Urdaibai
La Cueva de Santimamiñe, declarada Patrimonio de la Humanidad, es uno de los yacimientos prehistóricos más importantes del País Vasco. Su visita ofrece al viajero una experiencia única que combina arqueología, naturaleza y tecnología.
En pleno corazón de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, en el municipio de Kortezubi, en Bilbao, se esconde uno de los tesoros prehistóricos más emblemáticos del norte de España: la Cueva de Santimamiñe, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Esta cueva es perfecta para familias, parejas, amantes de la historia o viajeros que buscan experiencias culturales en contacto con la naturaleza. La visita está diseñada para ser accesible y cómoda, y la recreación virtual hace que incluso los más pequeños se sorprendan y comprendan la importancia del arte rupestre.
Fue la curiosidad de unos jóvenes del pueblo lo que llevó al descubrimiento de la cueva de Santimamiñe y sus figuras rupestres en 1916. En ellas se pueden ver un total de 47 pinturas que representan animales, bisontes, caballos, cabras, ciervos e incluso un oso pardo.
El entorno de la Cueva de Santimamiñe
El acceso a la cueva comienza con un agradable paseo por el frondoso entorno del Monte Basondo, en el que hayas y robles conforman un paisaje húmedo, verde y silencioso típico del Cantábrico. Se trata de un escenario perfecto para desconectar y entrar en sintonía con la atmósfera primitiva del lugar. La naturaleza aquí es protagonista: el valle del Oka, las marismas de Urdaibai y el perfil montañoso que envuelve la zona crean un marco que invita a la contemplación.
Al acercarse a la entrada, una pequeña ermita dedicada a San Mamés, de donde la cueva toma su nombre, nos recuerda que este enclave ha sido significativo para el ser humano durante milenios.
Aunque por conservación no se permite el acceso directo a las salas decoradas, el visitante puede disfrutar de una experiencia guiada que combina recorrido físico por las primeras galerías y una recreación virtual. Este sistema, lejos de restar emoción, permite ver los detalles de las pinturas con una claridad excepcional y comprender el valor arqueológico del sitio sin comprometer su fragilidad.
La visita la Cueva de Santimamiñe
El recorrido turístico comienza en el centro de interpretación, situado junto a la cueva, donde se presenta el contexto arqueológico del yacimiento. Allí se exponen objetos encontrados en las excavaciones, paneles divulgativos sobre la vida en el Paleolítico y maquetas que ayudan a entender cómo era la caza, la recolección o la organización social de aquellos grupos humanos.
La ruta continúa con la entrada a la cueva propiamente dicha. Las primeras salas, con sus techos altos y formas caprichosas, permiten apreciar el carácter natural del lugar. Estalactitas, coladas y paredes erosionadas por miles de años dan testimonio de la historia geológica de la región.
Para terminar, la visita se complementa con una proyección en 3D y una recreación inmersiva, que muestra con gran fidelidad las pinturas originales situadas en las zonas no visitables. El uso de tecnología avanzada permite observar detalles que a simple vista serían difíciles de apreciar incluso si el acceso fuera libre como la expresión de los animales, las superposiciones, el movimiento sugerido por los trazos, etc. Todo ello acompañado de explicaciones de guías especializados que ayudan a comprender el significado simbólico y cultural de estas obras.
