Aldeadávila de la Ribera, un pueblo de cine en Salamanca

Belén Valdehita
Belén Valdehita 02 Julio, 2020

Situado en pleno Parque Natural de las Arribes del Duero, en Salamanca, Aldeadávila de la Ribera es uno de esos pueblos que hay que visitar, al menos, una vez en la vida.

Aldeadávila de la Ribera, en Salamanca
caramaps.com

Ubicado en la comarca de Las Arribes del Duero, de la que es su principal localidad, el pueblo de Aldeadávila de la Ribera es uno de esos atractivos destinos envuelto en un espectacular entorno natural. Ese es uno de los muchos motivos por lo que hay que visitar esta localidad de la provincia de Salamanca.

Los otros, saltan a la vista, como un interesante patrimonio monumental, una gran oferta gastronómica o el hecho de que esta población forme parte de la Ruta del Vino de Arribes, un fascinante recorrido de enoturismo por las provincias de Salamanca y Zamora.

Tanto el pueblo como sus alrededores son de lo más cinematográficos, habiendo sido escenarios de películas tan populares como Doctor Zhivago o La Cabina.

La Fuente del Cabrero, en Aldedávila de la Ribera, Salamanca
Wikimedia / jacinta lluch valero

Qué ver en Aldeadávila de la Ribera

Durante nuestra visita a esta villa salmantina habrá que dividir el tiempo entre los atractivos que posee el propio pueblo y los encantadores parajes que hay a su alrededor. En el municipio la visita comienza por la llamada Torre de Aldeadávila, del siglo XIII, un torreón de defensa que en el siglo XVI se unió con la Iglesia de Sal Salvador, pasando a ser su campanario. La ruta monumental también debe incluir la Iglesia de San Juan Bautista, las Ermitas de San Sebastián, Santo Cristo y La Santa; el Palacio Jerónimo Caballero o la Fuente del Cabrero.

Un lugar realmente espectacular, aunque esté hecho por la mano del hombre, es la Presa de Aldeadávila, que forma parte del sistema hidroeléctrico Saltos del Duero, y que cuenta con desniveles de base que en algunas secciones supera los 400 metros de altura. Inaugurada en 1964, de esa época es el encantador Poblado del Salto de Aldeadávila, que fue creado para acoger a las familias de los obreros que construyeron la presa. Se halla junto al Convento de La Verde, que hoy en día es una hospedería.

Y llega el momento de recorrer los parajes naturales de la zona, como los de Rupurupay, Rupitín, el Llano de la Bodega, La Playa del Rostro o el Picón de Felipe, un impresionante acantilado situado en la ladera del río Duero. Hay varios miradores desde donde poder contemplar y fotografiar, de forma privilegiada, tanta belleza, como el Mirador del Fraile, que está muy cerca de la presa. Y muy próximo se encuentra también el Pozo de los Humos, una magnífica catarata que sólo es superada en dos metros de altura por las del Niágara.

Presa de Aldeadávila de la Ribera, en Salamanca
Wkimedia / Raiden32

Qué hacer en Aldeadávila de la Ribera

No se es un buen aficionado al turismo rural sin adentrarse en la cultura y las tradiciones de los lugares que visitamos. En esta zona, como en gran parte de la provincia de Salamanca, se conservan las tradiciones charras, que incluyen sugerentes bailes ataviados con fascinantes trajes tradicionales, realizados con el laborioso bordado artesano charro, y acompañados por música del lugar, tocada con gaita y tamboril.

Y llegada la hora de comer, en Aldeadávila de la Ribera podremos dar buena cuenta de algunos de los platos y productos más típicos de esta parte de Salamanca, como las patatas meneás, el bacalao, el jamón o buenas carnes de ternera, cabrito o cordero, acompañado todo por los excelentes vinos de la Denominación de Origen Arribes.

En Aldeadávila de la Ribera hay planes para todas las edades y todos los gustos, como hacer un ruta monumental, dar paseos por la naturaleza, realizar senderismo o excursiones en BTT, darse un baño en las playas de interior, regalarse un homenaje gastronómico, beber buenos vinos o disfrutar de divertidas fiestas tradicionales, como las que tienen lugar en honor de San Blas, el 3 de febrero; la Bufa de San Antón, una antigua y divertida mascarada de invierno que se celebra a mediados de enero, o el Día de Rodar el Huevo, que tiene lugar el Domingo de Resurrección. Es costumbre que ese día los habitantes del pueblo pasen el día en el campo, cumpliendo con la tradición de llevar un huevo duro y hacerlo rodar hasta que se rompa el cascarón.

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