Un castillo de cuento en Olite, Navarra

Belén Valdehita
Belén Valdehita 09 Enero, 2018

En torno a su magnífico castillo-palacio se halla la histórica localidad navarra de Olite.

Castillo Palacio Real de Olite, en Navarra
Fuente de la imagen: Guías Viajar

La ciudad de Olite es una de las más bonitas de la llamada Navarra Media, en la Comunidad Foral de Navarra. Situada a 40 kilómetros de la ciudad de Pamplona, gran parte de su encanto reside en su impresionante castillo-palacio, que parece salido de un cuento de hadas.


La localidad se encuentra ubicada sobre un pequeño promontorio de 388 metros de altura, y está rodeada por sierras y tierras de ribera por las que discurre el río Cidacos. La villa lleva habitada desde la Prehistoria, y toda esta parte de Navarra pasó por un intenso proceso de romanización. Varios siglos después la ciudad fue elegida por los monarcas navarros como sede real, de ahí su imponente fortaleza.

Castillo Palacio Real de Olite, en Navarra
Fuente de la imagen: Turismo de Navarra

El Palacio Real de Olite

Indudablemente, su castillo o Palacio Real constituye el mayor atractivo de esta ciudad. Ocupa una gran parte del casco urbano medieval, ya que en realidad se trata de dos palacios que fueron construidos uno junto a otro.


El llamado palacio “viejo” (XII-XIII), también conocido como de los Teobaldos, es hoy en día un Parador de Turismo, y de él sólo quedan en pie los muros y las torres. Por su parte, el palacio “nuevo” (XIV-XV), o Palacio de los Reyes de Navarra, es un magnífico ejemplo del estilo gótico civil francés. Al interior se accede tras atravesar un gran patio, y puede ser visitado con la compañía de un guía. Sus magníficas estancias, los bellos jardines y los fosos rodeados por altas murallas y numerosas torres dotan a este castillo, que fue declarado Monumento Nacional en el año 1925, de un bello y mágico aspecto.


Existen otros lugares de interés en Olite, como la Iglesia de San Pedro, de estilo románico y la más antigua de la ciudad, o la Iglesia de Santa María La Real, un edificio gótico del siglo XV. También abundan las casonas solariegas blasonadas, que podremos ver si paseamos por sus calles y plazas. No te pierdas las antiguas murallas romanas, las galerías medievales subterráneas o las singulares callejuelas que están atravesadas por arcos góticos.

Iglesia de Santa María la Real, en Olite, Navarra
Fuente de la imagen: Diario de Noticias

Comer en Olite

La ciudad posee un magnífico legado gastronómico, que está a la altura del prestigio del que gozó la villa durante siglos. Entre los platos más tradicionales que podremos degustar están el lomo de bacalao al pil–pil, las migas de pastor, las pochas al estilo tradicional, el calderete, el cordero al chilindrón, las costillas de cordero, los pimientos rellenos de bacalao, el ajoarriero con caracoles, la berza o el cardo.


Si eres muy goloso, no te pierdas dulces como la leche frita, las rosquillas, la tarta de chocolate o las sopas del Niño.

Fiesta Medieval de Olite, en Navarra
Fuente de la imagen: Diario de Navarra

Qué hacer en Olite

Dotada de un magnífico patrimonio monumental y cultural, constituye un auténtico placer recorrer las calles de Olite. Su excelente oferta gastronómica se complementa con los estupendos vinos rosados, tintos jóvenes, crianzas, reservas y grandes reservas adscritos a la Denominación de Origen Navarra, y siempre contamos con la posibilidad de visitar las bodegas y adquirir algunos de sus caldos.

El calendario de eventos incluye citas tan interesantes como la Fiesta Medieval, que se celebra en el mes de agosto. Durante los días que dura, la villa se engalana como una auténtica ciudad medieval, y sus habitantes se visten con ropas de la época y realizan numerosas actividades. Otro evento señalado es la Fiesta de la Vendimia, que tiene lugar el último fin de semana de agosto o el primero de septiembre. Entre los actos que incluye esta festividad están la extracción del primer mosto y una degustación de los vinos con Denominación de Origen Navarra.

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