Descubre la piscina en plena naturaleza de Madrid que cuesta sólo 2 euros y está a 10 minutos del centro

Esta piscina madrileña es un oasis verde dentro de la capital: fácil de llegar, con sombra natural y tarifas para todos los bolsillos.

Hay lugares que parecen sacados de otro sitio, aunque estén justo donde menos te lo esperas. En plena Casa de Campo, muy cerca del centro de la ciudad de Madrid, se encuentra una piscina pública que lo tiene todo para convertirse en el mejor plan del verano. Y sí, cuesta sólo 2 euros.
Más allá del precio, lo que engancha es el entorno. Llegar es tan fácil como subirse a la línea 10 de metro, bajarse en
Lago y caminar unos metros. Lo que te espera es un espacio de más de 24.000 metros cuadrados, con pinos, césped, sombra y hasta tres vasos de agua para elegir. Su nombre, la Piscina de Lago.
Un chapuzón rodeado de vegetación a precio simbólico
Este rincón del suroeste madrileño ofrece mucho más que agua. La Piscina de Lago, abierta desde 1951, es un ejemplo de cómo un equipamiento municipal puede convertirse en refugio veraniego. Desde entonces ha cambiado, se ha modernizado, pero mantiene toda su esencia: un lugar donde escapar del asfalto sin salir del mapa urbano.

Por poco más de dos euros, puedes acceder a una de las piscinas más amplias de la ciudad, con zonas verdes ideales para tumbarse, leer, comer o dormir una siesta. Además, no necesitas coche ni complicarte: la estación de metro está literalmente en la puerta. Es como si el campo te recibiera en la ciudad.
A diferencia de otros recintos más ruidosos, aquí se respira calma. El ambiente es familiar, con muchas personas que ya la consideran parte de su rutina veraniega. Ir por la mañana es un acierto: hay menos gente, el agua está perfecta y el Sol no aprieta tanto.
Piscina en Madrid con historia y sombra natural
Que no te engañe su perfil modesto: este espacio fue pionero en su momento. El diseño original corrió a cargo de José María Gutiérrez Pajares y Mariano Nasarre Audera, y desde su inauguración con exhibiciones y natación sincronizada, fue símbolo del ocio más accesible.

Ahora, con sus reformas ya asentadas, vuelve a brillar. Y lo hace ofreciendo un entorno natural que pocas instalaciones pueden igualar. Bancos bajo árboles, caminos entre pinos, silencio a ratos... Y todo eso forma parte de la experiencia.
Por eso no es raro ver a personas mayores leyendo tranquilamente, grupos de jóvenes comiendo al aire libre o familias con niños chapoteando en la piscina infantil. Pero es más que una piscina: es un espacio de desconexión sin carretera de por medio.
Precios bajos y flexibilidad horaria para todos
Los precios de esta recomendable piscina son probablemente los más bajos de la ciudad de Madrid. Un adulto paga sólo 2,25 euros por turno, y quienes tienen más de 65 o menos de cinco entran por casi nada. Incluso hay abonos si eres de los que repiten visita.
Los turnos están divididos en mañana (10:00 a 15:00 horas) y tarde (16:00 a 21:00 horas), pero también puedes coger entrada todo el día por el doble. Así tienes libertad para organizarte según el calor, las ganas de nadar o de simplemente tirarte en la hierba.
Además, el recinto de la Piscina de Lago permite llevar comida de casa. Muchos optan por improvisar un pícnic bajo los árboles, y hay zonas específicas para ello. Todo pensado para disfrutar sin dejarse la cartera en el intento.
La piscina en Casa de Campo que no sabías que existía
Aunque pasa desapercibida para quienes no viven cerca, la Piscina de Lago es una joya para quienes la descubren. Su ubicación, a escasos minutos del centro, la convierte en una alternativa muy potente para quienes buscan planes sin coche ni grandes gastos.
Está lejos del bullicio, pero cerca de todo. Rodeada de vegetación, con espacio de sobra, sombra natural y agua fresca, es la prueba de que Madrid también sabe cuidar sus espacios verdes. Lo mejor es que se mantiene fiel a su propósito original: ser accesible, útil y abierta a todos.
En un verano donde las temperaturas no dan tregua, tener un lugar así a tiro de Metro no es poca cosa. Si todavía no la conoces, este puede ser el mejor momento para descubrirla. Y si ya has estado, seguro que volverás.