El pueblo de Ocentejo, en el Alto Tajo de Guadalajara
Contando con parajes tan espectaculares como el Hundido de Armallones, la población de Ocentejo constituye un recomendable destino en el Parque Natural del Alto Tajo, en Guadalajara.
A poco más de 100 kilómetros de la ciudad de Guadalajara, y rodeado de enormes bosques de pinos, se halla la localidad serrana de Ocentejo. Es uno de esos encantadores pueblos del Alto Tajo de Guadalajara que invitan a disfrutar de todo lo que ofrece el turismo rural: patrimonio, naturaleza, gastronomía, tradiciones y fiestas.
Desde Guadalajara se llega tomando la carretera A-2, para después, en el kilómetro 103, salir por el desvío hacia la N-204 en dirección a Cifuentes. Allí, tras unos kilómetros por la CM-2021 y la GU-929, llegaremos a nuestro destino.
Aunque son muchos más sus atractivos naturales que los monumentales, no hay que desdeñar hacer una recorrido por el pueblo, visitando su principal atractivo monumental, la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora, del siglo XVIII, que es de estilo barroco. Además, su Ayuntamiento organiza a lo largo de todo el año conciertos, encuentros gastronómicos, certámenes de fotografía y, por supuesto, unas animadas fiestas patronales.
Las Salinas de la Inesperada
Para llegar a las Salinas de La Inesperada hay que realizar una corta y bonita ruta de senderismo, ya que a ellas sólo se puede llegar andando. Podremos dejar nuestro vehículo en un aparcamiento que hay habilitado en el pueblo para los visitantes, y donde encontraremos unos paneles con toda la información que precisemos.
La ruta arranca en el mismo Ocentejo, comenzando en una zona de huertas. Enseguida estaremos caminando por una pista forestal junto a un desfiladero y el río Tajo, teniendo como continuo observador al pico Alar. Se trata de un camino sin apenas pendiente y escasa dificultad técnica. Tras caminar unos kilómetros llegaremos a las salinas, una obra industrial del año 1860 que cuenta con un pozo de extracción de sal.
Éstas están integradas por un edificio central para almacén y vivienda, además de varios canales y artesas con pavimento de piedra. Es aquí donde se recogía el agua salina y se dejaba reposar para, tras su evaporación, obtener la sal. Estas salinas llevan abandonadas muchos años, pero constituyen una interesante y atractiva visita.
El Hundido de Armallones
Los valles por los que transcurre el río Tajo están llenos de preciosos parajes naturales. Todos ellos dan origen al Parque Natural del Alto Tajo, un paraíso para los aficionados a la naturaleza. Posee una gran riqueza vegetal y una singular fauna, además de una composición geológica de lo más peculiar. Buena muestra de ello es el llamado Hundido de Armallones. Se trata de un gran desprendimiento de rocas que tuvo lugar desde lo alto del cañón, y que en el siglo XVI casi llegó a colapsar el curso del río Tajo.
Para llegar al Hundido hay que realizar unas de las rutas de senderismo más bellas que se puede hacer en la provincia de Guadalajara. Se trata de un recorrido muy sencillo, que no precisa mucho esfuerzo, y que tiene como claro protagonista al río Tajo.
La ruta, de tipo lineal, parte desde la localidad de Ocentejo, y tiene una longitud de 11 kilómetros, ida y vuelta. Esta muy bien señalizada, y tiene un desnivel acumulado de subida y bajada de 400 metros. Tardaremos en realizarla alrededor de cuatro horas, incluyendo paradas para comer algo y para hacer fotos, muchas fotos, porque el entorno natural es espectacular.
