Submarinismo en las Islas Formigues, en Girona

Belén Valdehita
Belén Valdehita 18 Marzo, 2020

Situadas entre Palamós y Calella, las Islas Formigues son un conjunto de pequeños islotes que forman parte de la historia de Catalunya, y en torno a ellos hay un paraíso acuático en el que merece la pena sumergirse.

Las Islas Formigues, en la Costa Brava de Girona
Cristina - Flickr: LES FORMIGUES

Las Islas Formigues son un peculiar archipiélago catalán formado por cuatro islotes, además de otras pequeñas rocas que emergen a su alrededor. De ahí su nombre, que significa hormigas, ya que por su pequeño tamaño recuerdan a una sucesión de estos insectos.

Están ubicadas entre las localidades de Palamós y Calella de Palafrugell, en Girona, y administrativamente pertenecen a ambas poblaciones catalanas. Son rocas de origen ígneo, desprovistas prácticamente de vegetación, y que quedan cubiertas de agua cuando la marea suave. En el islote más grande de todos hay un faro.

A pesar de lo pequeñas que son, y de la falta de interés que sugieren, las Islas Formigues forman parte de un relevante capítulo de la historia de la Catalunya en la época medieval. Además son un paraíso para los aficionados al buceo y al submarinismo, y sirven de refugio para las aves marinas.

Placa conmemorativa de la Batalla de las Islas Formigues, en Girona
es.blog.costabravas.com

La historia de las Islas Formigues

En las Islas Formigues tuvo lugar un importante capítulo de la historia de Catalunya. Y es que frente a ellas hubo una gran batalla naval el 28 de agosto de 1285, cuando reinaban Pedro El Grande y el rey Felipe III de Francia. Aprovechando que la Corona de Aragón estaba en conflicto con el Reino de Sicilia, los franceses invadieron Catalunya.

Para mantenerse, los galos dependían de los víveres que les suministraba la flota francesa. De ahí que Pedro el Grande decidiese atacar a los barcos franceses, cayendo derrotada la flota. En los días que siguieron a esta batalla, los franceses fueron abandonando Catalunya.

En un extremo del islote más grande hay una placa que recuerda este histórico acontecimiento, el de la Batalla de las Islas Formigues.

Restos de un barco romano junto a las Islas Formigues
semana.es

Submarinismo en las Islas Formigues

Por normativa, sólo se puede hacer submarinismo hasta los 40 metros en el entorno de las Islas Formigues, pero es más que suficiente para contemplar una gran variedad de flora y fauna marina, e incluso alguna sorpresa. Para al inmersión deberemos ir equipados con traje de neopreno, máscara y botellas de oxígeno y aletas. Desde la barca siempre conviene soltar un cabo, que nos servirá de guía tanto para sumergirse como para la ascensión.

A medida que se desciende, la temperatura del agua baja y disminuye la visión, por lo que una buena linterna nunca sobra. El espectáculo es total: rocas cubiertas de coralinas, cuevas, peces de todos los tamaños y colores, langostas, morenas, nudibranquios… Y a 45 metros, sólo cinco metros por debajo de la distancia de inmersión permitida, se pueden ver los restos de una antigua nave romana, de la que se han rescatado más de 100 ánforas.

A las Islas Formigues, además de en barco, se puede llegar en kayak o en velopatines desde cualquiera de las playas cercanas, como la Cala Es Castell, que se encuentra en Palamós.

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