Abrucena: patrimonio, historias y tradiciones al abrigo de Sierra Nevada

Maria Reig 18 Noviembre, 2025

Abrucena, enclavado en la falda norte de Sierra Nevada, es uno de esos pueblos que conservan intacto el encanto de la vida tranquila. Entre calles blancas, huertos tradicionales y paisajes que cambian con cada estación, este municipio almeriense se ha convertido en un referente para quienes buscan turismo rural auténtico, patrimonio natural y una identidad cultural profundamente arraigada.

Abrucena.
Abrucena. Fuente: Ayuntamiento de Abrucena.

Entre la Sierra de Baza y el Parque Nacional de Sierra Nevada, próxima a la provincia de Granada y perteneciente a la provincia de Almería, se encuentra Abrucena, una preciosa localidad encaramada en la loma de una colina. Un pueblo blanco de calles serpenteantes enclavado en un rincón donde la naturaleza muestra su gran esplendor.

Con fríos inviernos y calurosos veranos, sus calles ofrecen al viajero un sol magnífico al mediodía que se convierten en sombrías al atardecer, cuando la gran pared de Sierra Nevada le quita temprano la luz. Sus monumentos arquitectónicos, su mágica historia, el paisaje de su término municipal y la amabilidad de sus habitantes, hacen de Abrucena un perfecto destino turístico.

Abrucena.
Abrucena. Fuente: Ayuntamiento de Abrucena.

Historia de Abrucena

Excavaciones realizadas desde el año 1982 en la zona denominada “El Castillejo” hallaron restos de cerámica Neolítica, lo que presupone un asentamiento entre los 7.000 a.C. y el 700 a.C. De su ocupación romana dan cuenta restos de vidrios, un aljibe y la vía de acceso al Castillejo que se supone fue una fortificación excavada en la roca. Parece que la religión cristiana llegó aquí en el siglo I de la mano de San Segundo, uno de los Siete Varones Apostólicos consagrados en Roma por San Pedro y San Pablo para llevar el cristianismo a Hispania.

Durante la invasión árabe Abrucena conoce un periodo de convivencia entre los cristianos autóctonos y la cultura islámica, compartiendo la zona hasta el siglo X. La llegada de los omeyas, primero, época en la que se inician tiempos de intolerancia y sublevaciones, y los reinos de Taifas y Nazarí, posteriores, ocasionaron la huida de los poblados cristianos. Y es que Abrucena se convirtió en centro estratégico de paso dada su ubicación y su fortaleza de El Castillejo justo en la vía que unía Almería con Granada.

La reconquista de Abrucena se realizó entre los siglos XV y XVI. En 1489 el pueblo fue entregado a los Reyes Católicos junto a otras localidades de la comarca. Aunque en un primer momento la mayoría de moriscos siguieron en sus tierras, con sus leyes y costumbres, los conflictos entre moriscos y nuevos pobladores se prolongaron durante décadas. Durante el siglo XVIII, Abrucena vivió una etapa de crecimiento económico auspiciado por el comercio maderero, que conllevó a una sobreexplotación de sus bosques, destinando la madera a la construcción de las atarazanas de Sevilla y Almería.

Abrucena.
Abrucena. Fuente: Pueblos Mágicos de España.

Qué ver en Abrucena

En el casco urbano, destaca la Iglesia Parroquial de la Anunciación, en la que resalta su torre. Construida entre los siglos XVI y XVII, de estilo mudéjar, fue una mezquita árabe y reconvertida posteriormente en templo cristiano. Sufrió un incendio en 1819 y tuvo que ser reedificada en 1828. De planta cuadrada y de una sola nave, su capilla mayor presenta una bóveda de media naranja sobre arcos ciegos.

Es famosa, aunque no pueda visitarse, la Casa de Consuelo Aguilera. Se trata de la vivienda más antigua de Abrucena, una casa señorial del siglo XVI. La ermita de las Ánimas es un pequeño templo edificado en el año 1939, al finalizar la Guerra Civil. Está edificada en mampostería y cubierta de teja árabe a dos aguas. La ermita de San José data del tiempo en que los cristianos llegaron tras la conquista de los reinos árabes. Construida en estilo neobarroco fue remodelada en 1710.

Ya en las afueras de la población, es interesante visitar El Castillejo, nombrado anteriormente. Se trata de las ruinas árabes datadas entre los siglos XII y XIII y que fueron fortificación defensiva. Declarado Bien de Interés Cultural en 1985, el lugar se encuentra en la margen derecha del río Abrucena sobre una zona elevada frente a la localidad. No podemos abandonar esta zona, situada en el Parque Natural de Sierra Nevada, sin visitar unos de los espacios forestales de mayor interés de la provincia: el Área recreativa La Roza. Un paraje entre árboles y arbustos que cuenta con merendero, mesas, barbacoas, agua potable, aseos y senderos peatonales, carriles para bicicletas de montaña, zona de acampada y aparcamiento. Alberga en sus alrededores preciosos parajes que invitan a tener contacto directo con la naturaleza.

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