Biar, un pueblo con solera en Alicante
Patrimonio cultural, natural y gastronómico se dan la mano en esta población alicantina con siglos de historia a cuestas. Un destino ideal para una escapada rural.
La población de Biar se encuentra en el interior de la provincia de Alicante, a 650 metros sobre el nivel del mar, en plena sierra de Mariola. Tiene una larga historia en su haber, que le dota de un gran patrimonio cultural, pero es un lugar especialmente estimado por los amantes de la naturaleza. Debido a su ubicación, Biar ofrece la posibilidad de realizar una gran variedad de deportes al aire libre, como el senderismo o la bicicleta de montaña. Sin embargo, si lo que buscas es desconectar de la rutina y descansar, también es un destino perfecto en el que observar y disfrutar del paisaje.
Además de todo esto, hay que dejarse llevar por su gastronomía, con una gran variedad de arroces y paellas, pero también de pastas tradicionales, especialmente en la época de las fiestas de Moros y Cristianos. Tradicionalmente, ha sido conocida por sus mieles y plantaciones de almendros, favoreciendo la fabricación turronera, pero su producto agrícola por excelencia es el aceite de oliva virgen.
Historia y castillo de Biar
La villa de Biar fue un punto clave en la defensa sobre los musulmanes en la península, debido a la importante situación estratégica. No en vano, fue el último lugar que conquistó el rey Jaime I, tras cinco meses de asedio, lo que puso fin a la conquista del reino de Valencia.
Su castillo ha marcado el curso de su historia, pues es de origen musulmán y fue construido probablemente a mediados del siglo XII. Se encuentra sobre un cerro rocoso a casi 800 metros de altitud, y fue declarado Monumento Nacional en 1931. Es uno de los grandes atractivos de la población, que atrae a numerosos visitantes por estar incluido en la ruta de los castillos del Vinalopó.
Todavía mantiene su estructura, con un doble recinto amurallado. En torno a un patio central se organiza el interior del castillo, con estancias destinadas a la defensa, pero también al cobijo del alcaide y su guarnición. Destaca su Torre Maestra o del Homenaje, de 19 metros de altura, construida con mortero de cal y arena, y cuya cubierta permitía recoger el agua de lluvia para almacenarla, posteriormente, en el aljibe que todavía hoy en día se conserva. Tras la conquista cristiana de Jaime I en el año 1245, el castillo mantuvo su importancia por su situación geográfica y permitió defender a la población frente al reino de Castilla.
Patrimonio y naturaleza de Biar
Además del castillo, Biar cuenta con un gran patrimonio como el Santuario de Biar, compuesto de tres naves. La central está cubierta con bóvedas de crucería, presentando estucos y pinturas al fresco, mientras que las laterales forman capillas cubiertas con cúpulas ciegas sobre pechinas. La decoración es de estilo neoclásico y destacan, en el crucero, las cuatro pechinas con pinturas al fresco de 1757, de gran valor artístico, atribuidas a Tomás Belando.
Otro lugar de referencia que visitar en Biar es el acueducto Ojival. Su construcción está datada en 1490 y se atribuye a Pere Compte, arquitecto de edificios tan emblemáticos como la Lonja de Valencia. Tiene 70 metros de longitud y está constituido por tres ojos, dos de ellos de arcos apuntados y otro de medio punto rebajado. La construcción presenta una base de piedra alternada con ladrillo de barro cocido.
Biar cuenta también con un gran patrimonio natural, con un relieve presentado en base a tres unidades morfológicas diferenciadas: la vega del río Vinalopó, el monte que va desde esta cañada hasta la falda de las sierras y las sierras en sí. Destacan las montañas del Reconco, la Penya Cortada, el Alt Reó, la Penya la Blasca y la Fenessosa, todas ellas con más de 1000 metros sobre el nivel del mar.
