Los Valles de Babia y Luna, en León

Belén Valdehita
Belén Valdehita 09 Octubre, 2020

Sólo en la provincia de León podemos decir, sin temor a que nos miren raro, que estamos en Babia y Luna, el nombre de dos bellos y encantadores valles leoneses.

Parque Natural de los Valles de Babia y Luna, en Léon
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La serenidad es la clave en los Valles de Babia y Luna, dos maravillosos parajes naturales salpicados de agradables pueblos y preciosos paisajes. Cada uno de ellos se encuentra en su correspondiente comarca homónima, en la provincia de León, en Castilla y León. Y estos dos valles no sólo comparten provincia, también se hallan a los pies de una gran montaña, la Peña Ubiña, de 2.417 metros de altura.

Babia y Luna vuelven a tener en común su impresionante entorno natural, integrado por bosques de sabinas, hayas y robles. Pero el paisaje también está animado por las peculiares formaciones rocosas originadas por la erosión glaciar y el peculiar relieve kárstico. No es de extrañar que el conjunto de este ecosistema, perfectamente conservado, haya sido declarado por la UNESCO como Reserva de la Biosfera.

Juntos, ambos valles conforman el Parque Natural de los Valles de Babia y Luna, y los encontraremos a casi 90 kilómetros de la ciudad de León, y a sólo 18 kilómetros de la localidad leonesa de Villablino. Las principales localidades de la zona son Los Barrios de Luna, Cabrillanes, San Emiliano y Sena de Luna. En la localidad de Riolago, una pedanía de San Emiliano, se halla la Casa del Parque de Babia y Luna, donde conseguir abundante información del parque. En su Rincón del Visitante podremos organizarnos nuestra propia ruta ayudándonos con una maqueta en la que está representado todo el parque.

Valle de Babia, en León
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El Valle de Babia

¿Quién no ha oído decir aquello de “estás en Babia”? Pues esta frase del acerbo popular tiene su origen en la época en la que los reyes de León poseían un palacio en esta zona. Solían retirarse a él durante largas temporadas, en busca de la tranquilidad y el encuentro con la naturaleza. ¡Ellos sí que sabían! Y cuando alguien preguntaba por los monarcas, sus súbditos respondían, “están en Babia”. De ahí que esta expresión acabase relacionando Babia con la idea de estar totalmente relajado y ajeno a cualquier tipo de problemas.

Y aquí, además de relajarnos, no debemos dejar de mirar al cielo, al nocturno claro, porque es realmente espectacular. Aquí se dan las condiciones necesarias para contemplar las estrellas, los planetas, las nebulosas y, quien sabe, quizá algún que otro objeto no identificado. Por eso este valle está considerado Parque Estelar dentro del programa Starlight, asociado a la UNESCO, contando con dos extraordinarios puntos de observación: la Ermita de San Bartolomé, en Torrebarrio, y la Laguna Grande, en Lago de Babia.

Y, si no quieres descansar ni un minuto, por el día podrás subir a la Peña Ubiña; hacer la ruta de las Fuentes del Sil, que empieza en La Cueta, el pueblo situado a mayor altura de León y un auténtico encanto, o darte un buen homenaje a base de una de las recetas más típicas de la provincia, el botillo, que aquí suelen llamar chosco o yosco, y que es cien por cien cárnico, no apto para veganos ni vegetarianos.

Valle de Luna, en León
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El Valle de Luna

Surcado por el río que le da nombre, este valle leonés es pura naturaleza, agreste y montañosa, pero realmente sugerente. Pero también posee tranquilos y agradables pueblos, como Sena de Luna, Los Barrios de Luna, Soto y Amío, Carrocera, Santa María de Ordás y Rioseco de Tapia.

Rodeado por cumbres que rozan los 2.000 metros de altitud, por sus laderas, además de grandes masas de praderas donde pastan vacas que en la distancia parecen grandes maquetas, también se pueden ver frondosos bosques, como el Sabinar de Mirantes de Luna, que está considerado el más occidental de Europa.

Y si pasas por Luna, apunta los siguientes planes: disfrutar de la Fiesta del Pastor en el mes de septiembre, con su tradicional caldereta y su popular concurso de mastines; pasar una terapéutica jornada en el balneario de Caldas de Luna, donde nos beneficiaremos de las aguas del manantial de Fuencaliente; déjate sorprender por la original ruta de la garganta del Infierno o desfiladero de Los Calderones, o visitar el sencillo pero emotivo Museo del Pastor, en Barrios de Luna.

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