La Ermita de San Felices de Haro, un santuario de altura

Belén Valdehita
Belén Valdehita 09 Marzo, 2021

Como si quisiese estar un poco más cerca del cielo, la riojana Ermita de San Felices desafía a cuantos la visitan a que suban por un empinado monte no apto para los que padecen vértigo.

Ermita de San Felices, en Haro
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A seis kilómetros de la localidad riojana de Haro, en la pedanía de San Felices, se yerguen los riscos de Bilibio. Sobre ellos hubo hace mucho tiempo una fortaleza romana, y en el siglo V fue el lugar donde se retiró San Felices, el santo ermitaño que instruyó a San Millán, el del Monasterio de Yuso, y actual patrón de Haro.

Allí vivió hasta su muerte, en el año 520, siendo enterrado en el monte de Bilibio, donde permanecieron sus restos hasta que fueron trasladados en 1090 al Monasterio de San Millán de Yuso. En este lugar riojano, sobre las ruinas del antiguo castillo, se construyó en el siglo XVIII una ermita en honor al Santo. Ha tenido que ser reconstruida dos veces, gracias al esfuerzo los habitantes de Haro, que fueron los mismos que pagaron la estatua de San Felices que ahora corona la cima del monte.

Subida a la Ermita de San Felices, en Haro
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Subir a la Ermita de San Felices

Para llegar hasta la Ermita de San Felices hay que realizar una corta ruta de unos 700 metros, pero que no es nada recomendable para los que sufran de vértigo, ya que es probable que lo pasen fatal al llegar al tramo final del recorrido, donde unas empinadas escaleras nos permiten acceder a la estatua de San Felices y al mirador, desde donde se disfruta de unas espectaculares vistas de Haro y de sus alrededores, cuajados de viñedos. También se puede acceder por una pista.

A la ermita se accede desde Haro partiendo del Barrio de La Estación, donde se encuentra algunas de las famosas bodegas locales. Justo antes de llegar al barrio hay un puente que pasa por encima del río Tirón, y tras atravesarlo ya veremos la indicación San Felices. Hay que tomar la carretera LR-306 hasta un desvío a la izquierda que indica la pedanía.

Tras tomar al desvío llegaremos enseguida a una zona con merendero, barbacoas y un aparcamiento donde dejar el vehículo, y donde comienza la ruta. Son sólo 15 minutos de ascensión, que podremos realizar por la escalera que parte a la derecha del merendero o por una pista cercana que encontraremos a la izquierda, bastante pedregosa y empinada. Por las escaleras no se tarda nada en llegar a la ermita, y desde ella se puede seguir por otras escaleras, éstas metálicas, que conducen al mirador y a la gran efigie de piedra.

Estatua y mirador de la Ermita de San Felices, en Haro
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Qué ver y hacer en Haro

Haro es lugar de referencia para los aficionados al enoturismo, que en esta villa riojana disfrutarán del mejor vino de Rioja. Visitar las bodegas, realizar catas o hacer degustaciones gastronómicas con maridaje son algunas de las propuestas para los amantes de los caldos riojanos.

Pero como no todo va a ser vino, otro gran plan en Haro es disfrutar de su patrimonio monumental, comenzando con una visita a su casco antiguo, conocido como la Herradura y considerado como Bien de Interés Cultural. Un recorrido monumental por la villa debe incluir lugares como el Ayuntamiento del siglo XVIII; la Basílica de Nuestra Señora de la Vega, dedicada a la Patrona de Haro; los palacios de la villa, la Iglesia de Santo Tomás o el Teatro Bretón.

Y si hay un momento especial para visitar Haro, ese es el día 29 de junio, fecha en la que tiene lugar la Batalla del Vino. Es el evento mas popular que cuantos se celebran durante las fiestas en honor a San Felices, San Juan y San Pedro, y consiste en bañar en vino tinto a todos aquellos que estén presentes en esta divertida celebración.

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