La villa termal de Zestoa, en Guipúzcoa

Belén Valdehita

Más conocida en castellano como Cestona, Zestoa es una localidad vasca famosa por sus aguas medicinales, que dieron lugar a la construcción de un destacado balneario a principios del siglo XIX.

Balneario de Zestoa, en Guipúzcoa
balneariocestona.com

La localidad de Zestoa se encuentra situada en la provincia de Guipúzcoa, en el País Vasco. Dista poco más de 40 kilómetros de la ciudad de San Sebastián, y está emplazada a orillas del río Urola, en el valle de Sastarrain. Se trata de un destino ideal para perderse en la naturaleza, para mimarse en su balneario o para deleitarse con su estupenda cocina.

Es conocida por su gran oferta de turismo termal, pero a ello hay que añadir también que posee un interesante patrimonio monumental y un bello entorno natural. Su clima de tipo oceánico le proporciona una temperatura media anual de alrededor de 14 grados centígrados. En agosto, el mes más cálido del año, la media sube hasta los 20 grados, mientras que en enero, el mes más frío, el termómetro baja hasta una temperatura media de 9 grados.

La pequeña distancia que separa a Zestoa de San Sebastián es la suficiente para alejarse del ajetreo de la ciudad, pero también resulta propicia para acercarnos a la Bella Easo y disfrutar de todos sus atractivos.

Neocueva de Ekainberri, en Zestoa, Guipúzcoa
gipuzkoakomuseoak.net

Lugares de interés en Zestoa

Comenzamos nuestro recorrido por Zestoa visitando la Iglesia de La Natividad de la Virgen, un templo que quedó seriamente dañado durante un incendio que asoló la villa en el año 1549. Tan sólo se salvó la capilla Lili, de principios del XVI. La iglesia fue totalmente restaurada durante la segunda mitad del siglo XVI y parte del XVII.

La visita al pueblo también debe incluir la Casa Iraeta, que es del siglo XVI y se halla ubicada a la derecha de la Iglesia de la Natividad; el edificio del Ayuntamiento, del siglo XVIII; varias casas nobles repartidas por todo el casco urbano, las puertas de San José y de la Inmaculada, la Ermita de Santa Engrazi, el Puente Antiguo, la Ermita de Santa Inés o la Cruz de Término.

A sólo un kilómetro y medio de Zestoa se encuentra la Cueva de Ekain, que actualmente está cerrada al público. En su interior alberga una importante muestra de arte rupestre paleolítico, por lo que fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2008. Ese mismo año se inauguró el Ekainberri, que es un museo con una réplica a escala del interior de la Cueva de Ekain. En el camino que nos lleva hasta la Cueva de Ekain y a la neocueva se halla el Palacio Lili, que está totalmente restaurado. Su origen se remonta al siglo VI, y es de estilo gótico, aunque todavía mantiene algunos vestigios medievales.

Palacio Lili, en Zestoa, Guipúzcoa
wikimedia / Josugoni

Propuestas turísticas de Zestoa

Estamos en Guipúzcoa, donde la gastronomía es un arte. En los restaurantes y tabernas de Zestoa podremos degustar la magnífica cocina vasca, que incluye platos tan típicos como el marmitako, la merluza koxkera o a la donostiarra, el txangurro al horno, las almejas a la marinera, las kokotxas de merluza en salsa verde, los chipirones en su tinta, el besugo asado o el chuletón a la parrilla, entre otras delicias. Y, por supuesto, podremos darnos un homenaje con los tradicionales y famosos pintxos de la cocina vasca.

La oferta termal de Zestoa es uno de sus principales reclamos. Las aguas de sus manantiales son conocidas por sus propiedades curativas, y el Balneario de Cestona cuenta con una larga trayectoria, ya que se inauguró en el año 1804. Por otra parte, el precioso entorno natural de esta villa vasca invita a disfrutar del senderismo por bellos parajes, como el macizo de Izarraitz y el entorno del río Urola.


En el calendario de eventos local destacan las "Fiestas Mayores" o "Amabirjinak", que tienen lugar a principios de septiembre. También son muy señaladas las fiestas por la Santa Cruz, en mayo, que incluyen una tamborrada, o la Feria Agrícola de San Esteban, que se celebra en Navidad. En esta feria se exponen y venden productos elaborados de forma tradicional en los caseríos, y se realizan concursos de frutas, hortalizas, miel, queso y sidra.


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