Escapada a La Bureba, los secretos mejor guardados de Burgos
La comarca de La Bureba ofrece al visitante un patrimonio cultural excepcional que va desde yacimientos a joyas del románico burgalés pasando por castillos, monasterios y rutas que relevan la esencia y la historia más profunda de Castilla.

En el corazón de la provincia de Burgos, la comarca de La Bureba presenta una tierra de paisajes ondulados, encantadores pueblos y una rica historia. Al tratarse de una zona de paso entre el norte y el centro peninsular, transitaron por aquí celtas, romanos, godos, musulmanes y cristianos, dejando una importante herencia histórica y cultural.
Es fácil encontrar en este territorio yacimientos arqueológicos, necrópolis y ermitorios, calzadas romanas, iglesias románicas, palacios, monasterios, templos góticos, fortalezas inexpugnables, puentes y pueblos donde ha prevalecido su característica arquitectura popular. Pero, si hay un estilo arquitectónico del que La Bureba se siente orgullosa, ese es el románico, que alcanza unas cotas de perfección extraordinaria en esta comarca.

Briviesca, capital de la comarca
Considerada el embrión del Condado de Castilla y posterior Reino de Castilla, en La Bureba encontramos amplios paisajes de cereales a la vez que accidentados desfiladeros y tupidos bosques de ribera que han sido testigos de la historia más temprana del reino. Sus ciudades y villas conservan ejemplos de su arquitectura popular que emplea elementos básicos como la piedra, la madera y el adobe.
Uno de los posibles recorridos por la comarca podría comenzar en su capital, Briviesca, situada a 40 kilómetros al norte de Burgos y paso de la meseta castellana hacia la vertiente cantábrica. Levantada a orillas del río Oca, pasear por sus calles permite observar sus numerosas casas señoriales que hablan del pasado esplendoroso de la villa, además de entender porque se la denomina “la bien trazada” por el singular diseño de sus calles.
En Briviesca encontramos la Ermita de Nuestra Señora del Valle, un templo que muestra, a la vez, la sencillez y grandiosidad del estilo artístico de los siglos XI y XII y donde, además, se pueden admirar importantes tallas de la época. Visita obligada merecen también la Iglesia de San Martín construida en el siglo XVI, el conjunto monumental de Santa Clara compuesto por iglesia, hospital, casa solariega y convento de las monjas franciscanas de Santa Clara o la Colegiata de Santa María, construida entre los siglos XV y XVIII.

Qué ver en La Bureba
Partiendo de Briviesca hacia Oña podemos acercarnos a El Santuario de Santa Casilda construido en el siglo XVI en la localidad de Salinillas de Bureba. Enclavado en un agreste nudo montañoso se veneran aquí las reliquias de la Santa Mora, hija del rey Almamún de Toledo. Unida al santuario se halla una hospedería con todos los servicios para los visitantes. Continuamos hacia Navas de Bureba donde encontraremos la Iglesia de La Asunción, un ejemplo de templo románico tardío que alberga una sugerente colección de relieves escultóricos, un Cristo crucificado y una vistosa portada.
En Oña destaca su gran monumento, el Monasterio de San Salvador, cuya iglesia, de origen románico, conservan muchas joyas como la talla románica de Cristo, pinturas murales góticas de Santa María Egipciana o el sepulcro del obispo Mendoza del siglo XVI. El Monasterio, enclavado en un entorno majestuoso, rodeado por la naturaleza del Parque Natural de los Montes Obarenes, guarda en su interior un Panteón Real dónde descansan reyes y condes a la derecha e izquierda del Altar Mayor. Cada panteón, con cuatro arcones funerarios, está labrado en madera de nogal, se presenta como verdaderas obras de arte.
Queda todavía mucho por descubrir en esta espléndida comarca. En Aguilar de Bureba, la Iglesia Parroquial de Santa María La Mayor, es un buen ejemplo de estilo románico, construida entre finales del siglo XII o principios del XIII. No muy lejos, la Ermita de San Fagún, a las afueras de la localidad de Los Barrios de Bureba, se muestra este pintoresco monumento situado en un alto y que fue declarado Monumento Nacional en 1982. Visitar localidades y villas como Poza de la Sal, Trespaderne, Frías, Piérnigas o Castil de Lences están esperando al viajero ávido de historia, cultura, naturaleza con paisajes maravillosos y, cómo no, una estupenda gastronomía burgalesa.