Tossa de Mar

Tossa de Mar está considerada como una de las zonas más bellas del litoral Mediterráneo por la espectacularidad de sus paisajes. Bautizada como el pequeño ‘Paraíso Azul’, por Marc Chagal en 1933, es un lugar irrepetible, lleno de playas únicas (Porto Pi, Codoles – galardonada con bandera azul- , y la playa por excelencia de Tossa de Mar: Playa de Platja Gran) Pueden visitarse de igual manera calas de aguas cristalinas, como Playa de Cala de Sa Futadera: una cala de complicado acceso, indicadísima para acudir a pasar el día, fondear el barco y disfrutar de las vistas de acantilados.

Del mar a la montaña, por el macizo de Cadiretes, al 15 km de donde encontramos el Santuario de Sant Grau, donde todos los 13 de octubre se celebra una romería en la que se cocinan arroces butifarras y se bailan sardanas.

Su famoso castillo y recinto amurallado de Vila Vella con siete torres circulares con origen datado cerca del SXII construido para evitar ataques piratas, en cuyo interior se encuentran los restos de una iglesia y el palacio del Gobernador. El castillo sirvió de defensa a esta localidad marítima, en la que incluso los pescadores pagaban el castellatge de peix, un tributo al dueño del castillo para asegurar su defensa. Cerca de dicho recinto encontramos los restos arqueológicos de lo que fuera una villa romana del SIV (Els Ametllers).

Tossa de Mar tiene una historia interesante, una historia como todos los pueblos de su alrededor, pero posiblemente sea la villa marítima medieval catalana más bella y mejor conservada. Un pueblo que merece una visita, bien de paso, o bien para disfrutar todo el verano.